Una m¨¢rtir
En los altares del feminismo mundial, Frida Kahlo -mexicana-¨¢lemana, de abuelos jud¨ªos h¨²ngaros- est¨¢ beatificada. Sufri¨® tres grandes choques en su vida: la polio, un feroz ac cidente de tr¨¢fico que la tuvo entre espantosos dolores el resto de su vida y el matrimonio con el machista Diego Rivera, el cual organizar¨ªa el asesinato pol¨ªtico de Trotski: que era tambi¨¦n ¨¦l amante de Frida. Todo pasaba entre comunistas cuando serlo era vivir siempre un drama. Frida, despu¨¦s del accidente (a los 16 a?os) se dedic¨® a la pintura: el m¨¦rito principal de esta obra fue la exposici¨®n de los sufrimientos de la mujer en una sociedad como la mexicana de la primera mitad del siglo. El mon¨®logo de Gloria Montero no lo relata muy exactamente, y es posible que sin conocer el caso (se han publicado en Espa?a recientemen te algunos libros sobre el caso) los espectadores se encuentren faltos de informaci¨®n. El. mismo tema de Trotski, como la parte del lesbianismo que vivi¨®, casi desaparecen. Los mon¨®logos son dificiles, y la forma de contar la autobiograf¨ªa que tiene el personaje siempre corre el riesgo de convertirse en conferencia. En este caso no es una confesi¨®n.Maite Brick pone mucha pasi¨®n en el personaje. Lo arranca ya con aire de soflama, o de manifiesto, y en ¨¦l se mantiene. Ha conseguido, una caracterizaci¨®n que impone sobre su rostro habitualmente dulce la rudeza y la entereza de aquella morena m¨¢s parecida al ama de llaves de Rebeca, ha bajado la voz a un registro m¨¢s grave y acompa?a a la pobre Frida desde la polio a la muerte. Fue aclamada por los gritos de entusiasmo propios del estreno.
Frida K
De Gloria Montero. Int¨¦rprete: Maite Brick. Espacio esc¨¦nico y direcci¨®n: Peter Hinton. Festival de Oto?o 1995. Teatro Alfil, 18 de octubre.
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