La revoluci¨®n del jurado
Claridad y convicci¨®n, dos de los elementos clave para el veredicto del juicio de Palma de Mallorca
El psiquiatra que testificaba se refiri¨® al test DSM-3. Los 11 miembros del jurado -nueve m¨¢s los dos suplentes- pusieron cara de estupefacci¨®n. Ninguno de ellos sab¨ªa que se trataba de una clasificaci¨®n t¨¦cnica de los trastornos de la personalidad. Poco despu¨¦s, cuando el fiscal habl¨® de "Ia inimputabilidad del acusado", volvieron a verse caras de desorientaci¨®n entre los miembros del jurado. Eso pasaba el lunes pasado en Palma de Mallorca, y el juicio donde ocurr¨ªa se celebrada con un jurado experimental. 25 magistrados de toda Espa?a, muchos de ellos presidentes de Audiencia, hab¨ªan acudido a Palma para ver, en esta experiencia concreta, por d¨®nde pod¨ªa fallar la puesta en marcha del jurado, una instituci¨®n que ha de revolucionar la administraci¨®n de justicia en Espa?a.A la vista de estos y otros ejemplos, tanto los magistrados como el jurado llegaron a una conclusi¨®n un¨¢nime: la claridad, la naturalidad y la convicci¨®n van a ser elementos indispensables para el buen funcionamiento del jurado, que se instaurar¨¢ en Espa?a a partir del 23 de noviembre para los delitos de sangre, amenazas, delitos cometidos por funcionarios e incendios. Un lenguaje claro, sencillo y, sobre todo, ausente de t¨¦rminos jur¨ªdicos-legales es determinante para que un jurado entienda bien y pueda desarrollar su funci¨®n. Y la convicci¨®n que empleen fiscales y abogados en su actuaci¨®n ser¨¢ decisiva para el veredicto.
La experiencia del jurado se realiz¨® con un caso real que fue juzgado simult¨¢neamente por un tribunal de verdad de la Audiencia de Palma. Se trataba de un joven, Juan Torres Ferrer, de 22 a?os, acusado de matar a Jorge Cardona, de 60. El suceso se produjo en Ibiza en la madrugada del 28 de marzo. Lo que ten¨ªa que dilucidar el jurado era si la muerte fue un asesinato -calificaci¨®n del fiscal- o un homicidio marcado por un trastorno de le personalidad del procesado -versi¨®n de la defensa-.
Ante el jurado declararon el propio aculado, los testigos que aquella noche vieron juntos a la v¨ªctima y al acusado, los m¨¦dicos forenses que realizaron la autopsia del fallecido y el reconocimiento ps¨ªquico del joven y los guardias civiles que le detuvieron. El veredicto fue de culpabilidad, pero concretando que el procesado actu¨®, en parte, bajo los efectos del consumo de alcohol y anfetaminas, y con las facultades mentales ligeramente trastornadas. La sentencia del tribunal de verdad todav¨ªa no se ha dictado.
El martes pasado por la tarde, despu¨¦s de emitir su veredicto de culpabilidad, los 11 miembros del jurado se convirtieron casi en improvisados profesores de 25 magistrados. Lo que los jueces quer¨ªan era conocer c¨®mo hab¨ªan valorado la experiencia, pero, sobre todo, tener una idea de cu¨¢les hab¨ªan sido las dificultades y problemas del jurado para entender el juicio y poder pronunciarse. As¨ª, supieron que la escenificaci¨®n del juicio con jurado presenta alg¨²n problema.
Por ejemplo, la dificultad de visi¨®n del jurado de la cara y gestos de los testigos cuando declaran. Miran a los fiscales y abogados, que est¨¢n a la derecha de la sala, mientras que el jurado est¨¢ a la izquierda. Seg¨²n sus observaciones, el ciudadano no est¨¢ familiarizado con el teatro que es una sala de vistas y, por eso, tardaron un poco en identificar a los actores: qui¨¦n era el fiscal, qui¨¦n el abogado defensor.
Los magistrados que asistieron al seminario y a esa reunion tomaron buena nota, por las observaciones del jurado, de que una de las claves es que todo lo que se oiga en la sala sea comprensible. "El jurado supone un esfuerzo de adaptaci¨®n porque hasta ahora tanto, el juez como las partes de un proceso utilizan una terminolog¨ªa y enfocan su funci¨®n en un escenario de juristas. A partir del jurado, todo eso deber¨¢ cambiar necesarimente", explica Gerard Thomas, presidente de la Audiencia de Barcelona y uno de los magistrados enfrascados en intentar que la instituci¨®n restaurada pueda funcionar bien.
Con el jurado, el fiscal y los abogados no podr¨¢n dar por sobreentendido muchas cosas "porque consta en el sumario", expresi¨®n muy frecuente en los juicios. Como dijo el abogado defensor del caso de Palma al dirigirse al jurado: "Ustedes tienen que llegar aqu¨ª inmaculados, sin conocimiento alguno de los hechos. S¨®lo vale lo que escuchen aqu¨ª, lo dem¨¢s no existe". Requerir¨¢, pues, un esfuerzo porque de ello depender¨¢, en gran parte, que el jurado se crea al fiscal y a las pruebas que aporte para respaldar su acusaci¨®n o, por el contrario, resulte convencido de la versi¨®n del defensor y por los datos que respalden su tesis.
En el caso de la prueba de Palma, el jurado en su veredicto demostr¨® que respaldaba la versi¨®n del defensor y no la del fiscal. El abogado del acusado fue Juan Matas, un criminalista que forma parte de la comisi¨®n pro-jurado del Colegio de Abogados de Palma de Mallorca.
Actu¨® de oficio y no tuvo mucho tiempo para prepararse el caso. No obstante, en el juicio consigui¨® una mayor comunicaci¨®n con el jurado que la que logr¨® el fiscal. Es decir, del defensor y de todos los interrogatorios que hizo, el jurado entendi¨® m¨¢s. Esa fue, al menos, una de las observaciones que el jurado comunic¨® a los magistrados del seminario. Aclararon que la defensa les hab¨ªa parecido m¨¢s clara tanto en su exposici¨®n como en las declaraciones, y les convenci¨® m¨¢s su tesis que la de la acusaci¨®n. No es que el abogado actuara teatralmente, sino con m¨¢s naturalidad, sobre todo en su exposici¨®n. El fiscal, que era el jefe de la fiscal¨ªa de Palma, Antonio Vicente Tutor, actu¨® m¨¢s de cara al tribunal de magistrados, que, en definitiva, era el que iba a dictar la sentencia.
El veredicto y la valoraci¨®n de la prueba corresponde a ciudadanos que no saben de leyes y tienen que llegar a una convicci¨®n "pensandocon la l¨®gica esencial de la vida, de los seres humanos". As¨ª se lo explic¨® al jurado de Palma el magistrado Jos¨¦ Luis Calvo. Insisti¨® en un punto concreto, en la presunci¨®n de inocencia, y lo hizo as¨ª: "Cuando este juicio ha empezado, el acusado era plenamente inocente. La presunci¨®n de inocencia no es un enunciado, existe. Ahora lo que tiene que valorar es si lo que han visto y o¨ªdo en el juicio ha destruido la inocencia y es culpable".
Ser¨¢n precisamente la l¨®gica y el sentido com¨²n lo que tambi¨¦n tendr¨¢ que emplear el magistrado-presidente para que los miembros del jurado entiendan las instrucciones que les debe dar para que emitan el veredicto. Se trata de la mec¨¢nica de la deliberaci¨®n, las votaciones y una indicaci¨®n muy concreta: que tengan en cuenta todas las pruebas y que el debate sea abierto.
Adem¨¢s, corresponde al juez realizar el cuestionario para que el jurado pueda fallar, por lo que las preguntas deber¨¢n ser claras, concretas y concisas para que los ciudadanos puedan contestar y de esa forma emitir el veredicto. En el caso de Palma de Mallorca, el juez elabor¨® un cuestionario de 15 preguntas en las que des granaba la versi¨®n del fiscal y la de la defensa de c¨®mo ocurrieron los hechos. "Es evidente que a un ciudadano no le puedes plantear si cree que existe una atenuante o eximente completa o incompleta. ?sa es nuestra terminolog¨ªa, pero que debe traducirse al ciudadano", explicaba un magistrado que particip¨® en el seminario. En el cuestionario del ensayo de Palma, por ejemplo, se utilizaron tres preguntas diferentes para que el jurado precisara si el acusado sufr¨ªa alg¨²n tipo de trastorno mental y si ¨¦ste era completo, notable o leve.
En cada caso, el magistrado-presidente elaborar¨¢ el cuestionario para el jurado y ser¨¢ sometido a consulta del Fiscal y dem¨¢s partes por si quieren incluir o matizar alguna cuesti¨®n. As¨ª que depender¨¢ bastante de la pericia de todos ellos para que el jurado pueda desarrollar bien su funci¨®n y no incurrir en contradicciones en su veredicto.
Sectores cr¨ªticos a la instauraci¨®n del jurado sostienen que un ciudadano no est¨¢ en condiciones de entrar en cuestiones de derecho. Los que lo defienden parten del criterio de que se trata de juzgar conductas humanas y, por tanto, comprensibles para cualquiera.
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