El partido de Arzalluz mantiene abierta una v¨ªa de contactos secretos con KAS
El PNV y representantes de la coordinadora KAS mantienen en secreto, y desde hace semanas, una v¨ªa de contactos destinada a "sentar las bases" de futuras conversacionesformales, aunque igualmente secretas, seg¨²n diversas fuentes. Esos contactos, en los que intervienen dirigentes del m¨¢x¨ªmo n¨ªvel, suponen, de hecho, la reapertura del di¨¢logo con el mundo de la violencia en un momentoen el que, pese al escepticismo y hasta el pesimismo instalado en la escena pol¨ªtica vasca, se multiplican y entrecruzan las iniciativas, los gestos y movimientos dirigidos a buscar una salida negociada.
Sea por el magnetismo del "ejemplo irland¨¦s", por la necesidad de fesituarse ante la perspectiva de un PP gobernando en Madrid o por el cansancio infinito acumulado en estas d¨¦cadas, el caso es que el decidido desplazamiento del PNV hacia el di¨¢logo con ETA y KAS (la coordinadora semiclandestina de las organizaciones m¨¢s pr¨®ximas a la organizaci¨®n terrorista) est¨¢ arrastrando a la casi totalidad de los partidos vascos. Si el di¨¢logo es la palabra que se impone la frase "hay que hablar menos y hacer rn¨¢s", acu?ada para el caso por el lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza, es la consigna. De ah¨ª que el di¨¢logo que el PNV mantiene con el mundo de la violencia s¨®lo haya aflorado hasta ahora en los gestos y actitudes de distensi¨®n que prodiga discretamente este partido y en el empe?o, cada vez m¨¢s expl¨ªcito, de escenificar, a partir de los GAL, la teor¨ªa de "las dos violencias". A ese pro p¨®sito responde, sin duda, la escena de la suelta de dos cerdos -uno, encapuchado, el otro tocado con tricornio- ofrecida por las juventudes peneuvistas el pasado d¨ªa 12, a las puertas del acuartelamiento de Intxaurrondo (San Sebasti¨¢n). Por eso, con la mirada permanentemente puesta en la "v¨ªa noruega" que palestinos e israel¨ªes recorrieron con ¨¦xito envueltos en la cortina del silencio, Xabier Arzalluz ha descartado la participaci¨®n del PNV en las conversaciones, "reservadas, pero no secretas", que HB ofrece paralelamente al resto de las fuerzas nacionalistas y a los sindicatos.
A la espera de que la liberaci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aldaya, en poder de ETA, permita un desarrollo m¨¢s expl¨ªcito, quien m¨¢s quien menos redefine sus posiciones y vigila los movimientos del resto. En el PSE-EE, partido que justifica el desplazamiento bajo la premisa de que "no hay estrategia antiterrorista al margen del nacionalismo democr¨¢tico", el giro del PNV ha tenido el efecto de una sacudida. En buena medida, porque la proclamaci¨®n del di¨¢logo como alternativa contrasta clamorosamente con la ofensiva del amedrentamiento dispuesta por HB.
El presidente del PSE-EE, de Guip¨²zcoa, Jes¨²s Egiguren, ha aparecido como abanderado de un di¨¢logo sobre la perspectiva de articular la soberan¨ªa vasca en los "derechos hist¨®ricos" y la foralidad, algo que hace crujir la cultura pol¨ªtica y el discurso genuino de los socialistas vascos. La propuesta est¨¢ siendo contestada por otros, sectores, del partido, pero no ha sido descalificada por el secretario general, Ram¨®n J¨¢uregui. Es un indicio m¨¢s de que la idea del di¨¢logo, la "extensi¨®n del consenso a HB", aun a costa de romper el existente con el PP, ha calado tambi¨¦n entre las filas socialistas.
El horizonte poselectoral muestra a un PP aislado en la negativa al di¨¢logo con ETA-HB, a la alianza.tripartita del Gobierno vasco -PNV, PSE-EE, EA - promoviendo una alternativa dialogante sustentada en el derecho de autodeterminaci¨®n y, nalturalmente, a ETA-HB, instaladas en la "l¨®gica del campanero".
La expuso al principio de la transici¨®n el fallecido dirigente de HB Telesforo Monz¨®n cuando, para ilustrar la conveniencia de negociar con ETA, dijo aqu¨¦llo de que "si a alguien le molesta el repique de las campanas, lo que tiene que hacer es hablar con el campanero". Esa met¨¢fora, que *tanta fortuna hizo en su momento, no ha sido jam¨¢s abandonada en el mundo de la violencia, como tampoco el argumento de que "se impone una negociaci¨®n pol¨ªtica porque ni ETA puede vencer al Estado ni ¨¦ste a ETA". Lo novedoso de la situaci¨®n es que ahora hay dirigentes de partidos vascos que participan de ese pragmatismo en toda su crudeza, aunque todo el mundo ponga el ¨¦nfasis en la necesidad de salvaguardar las formas democr¨¢ticas.
Mientras, la todopoderosa coordinadora KAS enarbola el comunicado de ETA de abril, en el que la banda exige el reconocimiento del derecho de autodenominaci¨®n y la "unidad territorial" -referencia a la incorporaci¨®n de Navarra- como elementos imprescindibles de una primera fase, a la que seguir¨ªa la negociaci¨®n ETA-Estado y un proceso democr¨¢tico ciudadano "sin l¨ªmites".
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