La Audiencia exculpa a una mujer que env¨ªo droga a su hermano para que no se suicidase
La Audiencia de Madrid ha librado de una condena de tres a?os de c¨¢rcel a una mujer-Mar¨ªa Francisca Sierra, de 30 a?os acusada de camuflar, en junio de 1993, una papelina de hero¨ªna en una toalla destinada a su hermano, a la saz¨®n encarcelado en el hospital penitenciario de Carabanchel. El interno -Lorenzo Sierra, adicto a las drogas- amenaz¨® a su hermana con suicidarse si no le hac¨ªa llegar la droga (y, seg¨²n todos los indicios, no ment¨ªa, pues en una ocasi¨®n se cort¨® las venas y en otra se trag¨® unas pilas de radio). A pesar de que el fiscal le ped¨ªa tres a?os, el tribunal ha decidido exculparla, porque los jueces deben huir del "automatismo" para acercarse a la "realidad social" y al "ser humano".
"?Qui¨¦n no habr¨ªa hecho lo mismo que Mar¨ªa ... ?", se preguntan fuentes cercanas a las partes. Mar¨ªa. sumamente emotiva reconoci¨® en el juicio que llev¨® una toalla al hospital penitenciario con una papelina (de 20 miligramos de hero¨ªna) cosida y oculta en uno de sus bordes. Un funcionario se percat¨® del hecho y decomis¨® la papelina antes de que llegase a manos del interno, que por entonces llevaba siete largos a?os de cautiverio.La Secci¨®n 5? de la Audiencia relata en la sentencia los calvarios que vivi¨® Lorenzo por su adicci¨®n a las drogas en las distintas prisiones en que estuvo (sali¨® en libertad el a?o pasado y desde entonces se halla bajo un tratamiento de desintoxicaci¨®n con metadona). Narra el tribunal que durante su reclusi¨®n no dej¨® de consumir drogas, "que consegu¨ªa de sus compa?eros", explica, "mientras tuvo dinero para pagarlas". Y que cuando ¨¦stos dejaron de suministr¨¢rselas, por impago u otros motivos intent¨® quitarse la vida en dos ocasiones.
Su estado era tal que acab¨® en el hospital penitenciario de Carabanchel. Desesperado, pidi¨® a su hermana en una visita que le llevara ropa y ocultase en ella una papelina de hero¨ªna que le ser¨ªa entregada por un amigo.
La hermana se neg¨®, pero luego acept¨® el encargo tras advertirle Lorenzo que se quitar¨ªa la vida si no lo hac¨ªa.
Ante este hecho, calificado por el fiscal como un delito contra la salud p¨²blica, la Audiencia se encontr¨® en la disyuntiva de condenar a Mar¨ªa (pues efectivamente hab¨ªa cometido un delito; ella misma lo hab¨ªa admitido en la vista oral) o absolverla.
"Sentido com¨²n"
El ponente de la sentencia, el magistrado Arturo Beltr¨¢n, ha bordeado en este caso la literalidad de la ley, que es tajante al respecto sobre la ilicitud del hecho, y ha aplicado el "sentido com¨²n". Sostiene Beltr¨¢n que el juez debe acercarse "a la realidad social", en detrimento del "automatismo, la asepsia" y la carencia. de "opiniones morales" que impregnan buena parte de las resoluciones judiciales.El magistrado argumenta: "En el presente caso, el tribunal, a riesgo de equivocarse, entiende que no cabe otra sentencia que la absolutoria; que no es posible concebir que el derecho concluya en la larga privaci¨®n de bienes -como el de la libertad- por hechos como los que se describen". "Si el derecho pierde de vista que su destinatario es el ser humano", agrega, "se convierte en un terrible juego con multitud de reglas t¨¦cnicas indiferentes al resultado que se origine, y lo judicial se convierte en un mundo marginal e incomprensible para los dem¨¢s".
El juez entiende que, ciertamente, Mar¨ªa "cre¨® un riesgo" para la salud de su hermano, con independencia de que ¨¦ste fuese toxic¨®mano. Pero Mar¨ªa, en este caso, ten¨ªa una -"justificaci¨®n" para hacer lo que hizo, arguye la sentencia: actu¨® movida. por un "estado de necesidad"; se enfrentaba a la amenaza "seria y cre¨ªble" de que su hermano se suicidar¨ªa si ella no le hac¨ªa llegar la papelina.
En opini¨®n de la Secci¨®n 5? de la Audiencia, Mar¨ªa cometi¨® un mal menor si se coteja "con el, mal mayor" que pretend¨ªa evitar, el suicido de su hermano. Y, en. definitiva, preserv¨® un "bien jur¨ªdico de rango muy superior: la vida" .
Admite la Audiencia que, contra su argumento, cabe sostener que la acci¨®n de Mar¨ªa no ra necesaria, por cuanto exist¨ªan otras opciones: comunicar la amenaza de suicidio "a la autoridad o informar al centro hospitalario", que dispone de medios para evitar la amenaza" -atar al enfermo, vigilarle continuamente...- Quien se quiere suicidar se suicida, por mucho que se intente evitar, deja entrever la sentencia, que agrega: "All¨ª donde el derecho habla del deber ser", razona Beltr¨¢n, "el juez debe esforzarse por encontrar el ser".
"Otro razonamiento [la condenal podr¨ªa tranquilizar la conciencia, incluso la conciencia con vocaci¨®n condenatoria del sector social dominante. Pero al prescindir de la experiencia y aun de la realidad, no puede tenerse por v¨¢lido en la pr¨¢ctica; y es la conducta pr¨¢ctica no la ideaci¨®n- lo que se enjuicia en derecho penal".
El fiscal, en desacuerdo
A pesar de estas argumentaciones -que constituyen, obviamente, una severa cr¨ªtica al actual sistema penal-, la fiscal¨ªa de Madrid ha decidido presentar un recurso de casaci¨®n ante el Tribunal Supremo. Entiende que esta absoluci¨®n constituye una "infracci¨®n a la ley".Juli¨¢n Carlos R¨ªos, abogado de Mar¨ªa, solicit¨® en septiembre durante el juicio su absoluci¨®n. Aleg¨® la eximente de estado de necesidad, y adujo que la nimia cantidad de droga decomisada no pon¨ªa en peligro la salud de Lorenzo.
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