Pobres pero organizados
Es muy f¨¢cil saber por qu¨¦ en Madrid no hay grandes equipos de barrio. En otros pa¨ªses tienen apoyo oficial. Aqu¨ª funcionamos a trav¨¦s de un bar y un grupo de amigos. Aunque pobres, somos organizados". Es la explicaci¨®n de Rafael Gonz¨¢lez propietario de una industria de repuestos de autom¨®viles y presidente de un equipo de Segunda Divisi¨®n B, el Santa Ana, nombre de un barrio de unas 4.000 personas en el distrito norte madrile?o de Fuencarral.Su presupuesto es de 21 millones para sus siete equipos de diferentes categor¨ªas. El 65% del presupuesto se lo llevan el entrenador y los jugadores, todos ellos pluriempleados: estudiantes, administrativos, mec¨¢nicos... Su sueldo es de unas 50.000 pesetas mensuales de promedio. No dispone de subvenci¨®n oficial. "No quisimos aceptar las 250.000 pesetas que nos ofrecieron. No estamos dispuestos a aceptar que los pol¨ªticos digan que nos mantenemos gracias a ellos".
El Santa Ana juega en un campo municipal. Su promedio de espectadores por encuentro es de 400 personas. La recaudaci¨®n media es de unas 70.000 pesetas. "Cada partido nos supone un d¨¦ficit de 100.000 pesetas y los derechos de arbitraje cuestan 170.000", se lament¨® el presidente. Cuenta con 300 socios y su cuota anual es de 10.000 pesetas para los hombres y 5.000 para jubilados y mujeres. ?Por qu¨¦ las mujeres? Porque hoy d¨ªa van tantas mujeres como hombres al f¨²tbol".
Para el presidente del Santa Ana, el f¨²tbol modesto se mantendr¨¢ mientras est¨¦ en manos de cuatro piraos como nosotros. Apenas interesa a la afici¨®n. No se disfrutan sus ¨¦xitos. Hay demasiada saturaci¨®n de f¨²tbol".
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