Madurez inapelable

Vivencias imaginadas es el t¨ªtulo del disco que acaba de sacar Vicente Amigo, el segundo de ¨¦l en concierto y obra ya de una madurez inapelable.Este concierto de presentaci¨®n del mismo no fue m¨¢s que el reconocimiento de algo que todos sab¨ªamos desde hace tiempo: que Vicente Amigo es a sus 28 a?os un m¨²sico excepcional y en la guitarra flamenca una referencia obligada. Tiene, sobre todo, un formidable instinto para optar por la f¨®rmula expresiva que mejor puede servir a sus fines creativos. Su m¨²sica es directa, clara, sin circunloquios. A Vicente Amigo, evidentemente, no le gustan las florituras ociosas ni la ret¨®rica vac¨ªa de contenido. Cuando ¨¦l dice que, de alguna manera, siempre cuenta algo. personal en su m¨²sica, nos est¨¢ confesando la verdad.

Y lo hace con una m¨²sica de belleza esplendorosa. Vicente Amigo no puede ser un cl¨¢sico -en el sentido convencional que damos a este t¨¦rmino- de la guitarra flamenca, ni por su edad, ni por su formaci¨®n, ni por su propio sentimiento de lo jondo, tan implicado en otras m¨²sicas que le seducen y dan alas a su inventiva. Pero todo lo que hace es necesariamente flamenco, consciente de que el flamenco est¨¢ en ¨¦l desde el principio y nada puede alterar ese sentir. Vicente Amigo pulsa las cuerdas de su guitarra. y todo lo que o¨ªmos son quejas, melismas, sonidos jondos, incluso cuando toca algo tan ajeno como el homenaje a Metheny e inserte frases de una trompeta que se nos puede antojar la voz del cantaor. Que as¨ª es como deben hacerse estas cosas, con delicadeza suma, con respeto hacia el flamenco.

La intensidad del toque de Vicente Amigo se refleja singularmente en los temas que hace en solitario. Pero nuestro guitarrista se siente tambi¨¦n c¨®modo en los temas de mucho ritmo que frecuenta con gran alarde t¨¦cnico. Personalmente me gusta m¨¢s en los otros temas, los del profundo sentimiento, porque en los r¨ªtmicos todo suena mucho m¨¢s mec¨¢nico, como los impresionantes trallazos que arrea a veces, sin necesidad.