?Qui¨¦n teme al lobo feroz?
Como es habitual, el juez inform¨® a Hachuel, antes de tomarle declaraci¨®n, sobre sus derechos constitucionales y sus obligaciones. Entre ¨¦stas se halla la de no prestar falso testimonio, que la ley castiga duramente. Pero Hachuel est¨¢ convencido de que tiene un seguro de protecci¨®n y, as¨ª, dice lo que mejor sirve a su estrategia que, en el caso de Carburos, est¨¢ unida a la de Conde y su gente.No hay otra operaci¨®n en la querella criminal en fase de instrucci¨®n que responda mejor a lo que el C¨®digo Penal, defina como estafa que la de Carburos: el ¨¢nimo de enga?ar est¨¢ una y otra vez documentado.
Conde, Roman¨ª y Hachuel, con la participaci¨®n instrumental de P¨¦rez Escolar, nombrado presidente de Carburos en marzo de 1990, enga?aron a Air Products concientemente para dejar 18,7 millones de francos suizos o 1.344,millones de pesetas fuera de Espa?a.
Una vez que el dinero ingres¨® en la sociedad Mariella Real Estate Establishment, de Hachuel, ¨¦ste, por instrucciones de sus amigos, envi¨® dos talones por 17,009 millones de flancos suizos a un abogado designado por Conde. Se trata de Peter Schwarz, de Zurich. Fue el ¨²ltimo paso conocido de ese dinero que presiblemente fue a parar uno o m¨¢s bolsillos.
Sin embargo, las familias disputaron. Hachuel exigi¨® la pasta al comp¨¢s de sus declaraciones ante el juez. Entonces se arm¨® la ficci¨®n jur¨ªdica actual: el abogado Peter Schwarz es tiroteado por una y otra parte en litigio. Finalmente, Conde ha prometido poner el dinero a disposici¨®n de Hachuel.
Tanto Banesto, verbalmente, como Varias partes personadas vienen solicitando al juez desde el mes es de julio la inculpaci¨®n de Hachuel. Sin embargo, el financiero va por su tercera declaraci¨®n. ?Qu¨¦ armas secretas guarda? Haberlas haylas.
En todo caso, la inculpaci¨®n o no de Hachuel dificilmente pueda justificarse en la necesidad de acelerar la finalizaci¨®n de las diligencias previas. Porque si el juez no le inculpa tendr¨¢ que neg¨¢rselo a las partes personadas. Estas presentar¨¢n recurso de apelaci¨®n y ello paralizar¨¢ el sumario. Si inculpa directamente a Hachuel, ¨¦ste pedir¨¢ I¨®gicamente, diligencias. Pero en este caso, si el juez las deniega, el financiero tendr¨¢ que recurrir en queja, lo que no paraliza el procedimiento. Con todo, lo m¨¢s grave es que la versi¨®n de Hachuel encubre la operaci¨®n,de presunta estafa y da cobijo a Conde y Roman¨ª.
Ser¨ªa muy dif¨ªcil mantener la acusaci¨®n contra los ex gestores de Banesto si al mismo tiempo no se describe exactamente la actividad de Hachuel como cooperador necesario. No solo se apropi¨® de dinero de Banesto sino que dispuso del mismo.
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