La fresca madurez de Alicia de Larrocha
Volvi¨® Alicia de Larrocha a la escena de la calle Pr¨ªncipe de Vergara, en el Auditorio Nacional de M¨²sica de Madrid, en un recital para la revista Scherzo patrocinado por la Fundaci¨®n Rey Alfonso XIII y el Ministerio de Cultura. Se registr¨® un lleno, al menos visual, y se reprodujeron las habituales muestras de adhesi¨®n hacia la pianista barcelonesa.Tres autores y obras muy frecuentadas por De Larrocha evidenciaron los rasgos permanentes de su personalidad: Antonio Soler, con dos Sonatas, Enrique Granados a trav¨¦s de seis Danzas espa?olas y Robert Schumann con su Carnaval Opus 9. Lo mejor que cabe decir de Alicia de Larrocha es que toc¨® como siempre, ya que fue artista madura en plena juventud del mismo modo que conserva frescura en su madurez.
Alicia de Larrocha
Aniversario de la revista Scherzo (Fundaci¨®n Alfonso XIII / / Ministerio de Cultura). A. de Larrocha, pianista. Obras de Soler, Granados, Schumann. Auditorio Nacional. Madrid, 14 de diciembre.
Resulta francamente atractivo el concepto que tiene De Larrocha del Carnaval, pues la obra, escrita por Schumann a los 25 a?os, presenta no s¨®lo posibilidades expresivas sino tambi¨¦n algo que con frecuencia se olvida: una apretada estructuraci¨®n global, fruto del libre juego variativo sobre las notas comprendidas en la villa de Asch. As¨ª, De Larrocha apenas separa una escena de otra, lo que beneficia el conjunto. Tambi¨¦n aqu¨ª, expuso la pianista sus mayores posibilidades de creaci¨®n sonora y juego din¨¢mico.
Libre y personal
Enrique Granados representa quiz¨¢ el segundo intento de una creaci¨®n musical basada en la tem¨¢tica o las caracter¨ªstica de nuestra creaci¨®n popular, de la que Sarasate fue iniciador. El navarro se ci?e m¨¢s al dato y al pintoresquismo que el compositor de L¨¦rida.Sobran incluso las adjetivaciones a las distintas danzas: en las que las justifican -Oriental, Andaluza, Aragonesa- la cosa es tan obvia que hace innecesaria la especificaci¨®n; en otros casos, como la denominada Danza galante o minueto, no se ajustan a un trabajo popularista especialmente libre y personal.
Alicia de Larrocha interpreta a Enrique Granados con propiedad, esto es, garbo flexible en el ritmo y cierto aire de sal¨®n que est¨¢ en los mismos pentagramas. Logra as¨ª aquello que de Granados dec¨ªa Claude Debussy: "Es como uno de esos perfumes m¨¢s persistentes que intensos".
Ante los aplausos recibidos, nuestra pianista internacional concedi¨® varias obras fuera de programa.
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