Entre Unprofor y Somalia

Despu¨¦s de tres a?os y diez meses de guerra en Bosnia-Herzegovina se puede afirmar sin error que nada sucede por casualidad en el bando serbio. El secuestro de 16 bosnios no es, pues, un accidente o una acci¨®n aislada, sino que se trata del primer paso de una estrategia harto conocida, empleada con ¨¦xito contra las tropas de la ONU: un paso adelante y uno atr¨¢s, pero con avances que la paciencia trastoca en ganancias de post¨ªn.El secuestro de ciudadanos bosnios a su paso por un barrio de Sarajevo, bajo control militar serbio hasta el 20 de enero, pero sometido ya a la libertad de movimiento que emana de Dayton, es una calculad¨ªsima provocaci¨®n tendente a medir la temperatura pol¨ªtica, inspeccionar las m¨²ltiples grietas del acuerdo de paz y poner a prueba las ¨ªnfulas de los afamados almirantes y generales de la poderosa OTAN.

La respuesta inicial de lfor a esta crisis es desalentadora. Calca las muy desafortunadas y reiteradas de Unprofor, las que socavaron su misi¨®n. El "no sabemos nada" o "est¨¢ fuera de nuestro mandato" son las r¨¦plicas so?adas por Radovan Karadzic y los suyos, pues revelan. falta de decisi¨®n y un car¨¢cter timorato a la hora de emplear la fuerza. Ser¨ªa grotesco que lfor, con casi el triple de tropas que Unprofor, modern¨ªsimas armas y un mandato que le permite respuestas contundentes, se empantanara en las aguas de la incompetencia que ahogaron a la ONU. Esto no ser¨ªa muy de extra?ar, pues al fin y al cabo tanto Unprofor como lfor dependen de los mismos centros de indecisi¨®n que tardaron casi cuatro a?os y 200.000 muertos en reaccionar ante la barbarie balc¨¢nica.

A?o electoral en EE UU

A la par¨¢lisis de Unprofor se le enfrenta en el otro extremo el modelo rambo ejercido en Somalia y que degener¨® en un humillante abandono de la misi¨®n. Un gatillo f¨¢cil en Bosnia, una reacci¨®n excesiva a una provocaci¨®n concreta, romper¨ªa el inicial consenso de respeto a las tropas de la OTAN y multiplicar¨ªa las acciones de hostilidad. Tanto los mandos de Ifor como los serbios saben que la actual misi¨®n depende del soporte pol¨ªtico, militar y econ¨®mico de la Administraci¨®n de Clinton, justo en un a?o en que ¨¦sta se enfrenta al control electoral. Una tentaci¨®n demasiado fuerte para los estrategas de la tensi¨®n.Para el presunto criminal Karadzic, y el ahora admirado pacificador Slobodan Milosevic, Bosnia, y los Balcanes en general, son un gran tablero de ajedrez sobre el que aparentemente se juega al p¨®quer. Un teatro de 64 casillas en el que Pale y Belgrado se reparten los papeles de buenos y malos, pero sobre el que practican el mismo envite bravuc¨®n. Ifor har¨¢ mal en acudir a esta partida con las mismas cartas de Unprofor, pues est¨¢n marcadas por la m¨¢s irritante torpeza.