?M¨¢s corredores de comercio?
FERNANDO RODR?GUEZEl autor retorna el debate suscitado entre notarios y corredores de comercio ante la promulgaci¨®n de una orden ministerial posible sobre nueva demarcaci¨®n de las corredur¨ªas
Cuentan los cronistas po¨ªticos de finales del siglo XIX que los dos momentos m¨¢s peligrosos de aquellos Gobiernos fugaces ten¨ªan lugar al comienzo y al final d¨¦ su mandato. Los primeros d¨ªas se aprovechaban para dictar por sorpresa medidas impopulares, y los ¨²ltimos, olvidado el inter¨¦s general, para beneficiar a adictos, repartir congruas, dar salida por sorpresa a disposiciones congeladas, a obsesiones nem¨¦ticas o empe?os frustrados.Quiz¨¢ se est¨¦ resucitando esa pr¨¢ctica en el caso de la orden ministerial que por estas fechas se acaricia en la Direcci¨®n General del Tesoro, cuyo partidismo a favor de los corredores de comercio fue denunciado hace unos meses con ocasi¨®n de aquel. reglamento a lo Romanones que convert¨ªa a los corredores en notarios. Lo que ahora se pretende -al parecer- es dictar una orden ministerial de nueva demarcaci¨®n de las corredur¨ªas de comercio, algo aparentemente inocuo, pero cuyo resultado pr¨¢ctico ser¨¢ dar plazas concretas a solicitantes concretos, recolocar a todos en plazas mejores y crear m¨¢s de cien vacantes que dar¨¢n pie a que se convoque con urgencia una oposici¨®n-barrido a la que de hecho s¨®lo podr¨¢n llegar a tiempo los avisados; en el fondo, romper por elevaci¨®n el statu quo actual, que debe servir de partida a cualquier Parlamento para resolver el problema de identidad que aqueja e inquieta a los corredores de comercio.
Ya se intent¨® en 1993, desde el mismo centra, con aquel anteproyecto de ley que convert¨ªa a todos los corredores en notarios por sus plazas, y que el Gobierno socialista -sensible al clamor social- abort¨® por ventajista. Y ahora se intenta por medios indirectos, mediante un calculado mecano cuya primera pieza era un reglamento para corredores notarizado y la ¨²ltima esta orden de ampliaci¨®n de plantillas. Pero una vez desechada por el Gobierno la pieza base del mecano, esta orden ministerial, que ha perdido la raz¨®n de su dictado, pasa a formar parte de esas disposiciones que Nieztsche calificaba como simple "ropaje de las palpitaciones de un gobernante".
?Qu¨¦ trastienda hay detr¨¢s de esa orden ministerial para esperar a dictarla a que el Parlamento est¨¦ disuelto? ?Qu¨¦ sentido tiene crear cien plazas m¨¢s en un cuerpo que demanda su reconversi¨®n? ?Qu¨¦ capricho se satisface creando hoy lo que se ha de reconvertir ma?ana? Poca urgencia se puede alegar cuando las corredur¨ªas est¨¢n sin reorganizar desde 1977; eran los corredores entonces los que no quer¨ªan nuevas plazas, ellos son los que las quieren ahora, y en ambos casos se accede prescindiendo del inter¨¦s general. Recientes est¨¢n las resoluciones parlamentarias apoyadas por el Grupo Socialista que la orden proyectada contradice.
Pero a¨²n hay m¨¢s. Ahora que el Gobierno acaba de pasar con notable brillantez la presidencia de la UE, y ahora que se nos piden esfuerzos para converger con Europa, se proyecta una orden ministerial notoriamente divergente, una orden que crea m¨¢s plazas de un cuerpo typical spanish necesitado de revisi¨®n porque, como ya ha declarado p¨²blicamente el vicepresidente de la UINL para Europa, doctor Helmut Fessler, los corredores de comercio, en su actual configuraci¨®n legal, no son asimilables con las instituciones comunitarias europeas. Y no le falta raz¨®n, porque un cuerpo al que el C¨®digo de Comercio concibe como de agentes mediadores, el Tribunal de la Competencia define como agentes econ¨®micos, el pueblo confunde con los agentes comerciales, y que se autodefine como de fedatarios-sin-necesidad-de-estar-presentes-(?)-y-que-adem¨¢s-y-simult¨¢neamente-act¨²an-como-intermediarios-financieros, incluso institucionalmente (el propio Consejo es titular de la mediadora Amefisa), ?c¨®mo si todo eso fuera compatible!, lo primero que necesita es una redefinici¨®n legal de su identidad, de sus pr¨¢cticas de hecho y de sus m¨¦todos de fehaciencia.
Quiz¨¢ alguien pueda preguntarse qui¨¦n ha dado. vela en este entierro a los notarios; pero a nadie se le escapa que los notarios, a quienes la ley ha confiado la fedaci¨®n extrajudicial y en cuya pr¨¢ctica han alcanzado altas cotas de credibilidad y confianza social (Demoscopia, 1995), desde hace un quinquenio est¨¢n siendo asediados por los corredores de comercio, que intentan a costa de aqu¨¦llos extender sus funciones y, lo que es m¨¢s preocupante, sus m¨¦todos, a campos que universalmente son cubiertos por las competencias y pr¨¢cticas notariales. ?C¨®mo si los m¨¦todos de los corredores, concebidos para la mediaci¨®n previa, y que son desconocidos en cualquier pa¨ªs del mundo, fueran exportables! Potenciar estos m¨¦todos, que se apoyan en la v¨ªa muerta de los hechos consumados, constituir¨ªa uno de esos errores tan enormes que, -como dec¨ªa Schopenhauer- se derrumban bajo el peso de su propio absurdo.
Varias veces los ¨®rganos competentes del Ministerio de Econom¨ªa han afirmado en p¨²blico que no se ampliar¨ªa el cuerpo de corredores. Ahora se crean cien plazas m¨¢s. ?Se trata de a?adir recovecos, al laberinto en que ya se encuentran los corredores para dificultar al pr¨®ximo Parlamento la clarificaci¨®n de su problema? Porque si el Parlamento disuelto y el Gobierno socialista se han inclinado por una soluci¨®n global que exigir¨¢ en su d¨ªa una demarcaci¨®n estudiada en, funci¨®n del servicio p¨²blico, esta orden ministerial -que demarca las plantillas en funci¨®n de intereses corporativos-, en lugar de coadyuvar a resolver el problema en la direcci¨®n anunciada, lo que hace es crear cien problemas m¨¢s, y constituye un inmerecido estrambote a una legislatura que el propio presidente ha calificado de satisfactoria.
Tampoco sirve apelar a la competencia entre cuerpos (que, por cierto, el notariado practica y defiende como elemento esencial de su funci¨®n), porque eso ser¨ªa trasladar la cuesti¨®n a la "competencia entre m¨¦todos", y uno de ellos, como ya se ha dicho, no es de recibo. Y poco puede hablar de competencia quien la excluye para s¨ª mediante tal sistema d¨¦ convenios y repartos que ha dado, lugar a denuncias ante el Tribunal de la Competencia. ?Ah¨ª tiene el director buena oportunidad de demostrar sus convicciones! Pero, adem¨¢s, la orden proyecta da crea m¨¢s corredur¨ªas unipersonales en monopolio, con lo que -se mire por donde se mire esta disposici¨®n parece la entrada desafinada del saxo en comp¨¢s de espera y fuera de partitura.
Estamos seguros de que el sentido com¨²n y la prudencia del Gobierno, y en concreto del ministro Solbes, controlar¨¢n de nuevo el extrav¨ªo partidista de esta orden con la misma energ¨ªa y lucidez con que el Consejo de Estado y el Gobierno rechazaron en su d¨ªa el proyecto de reglamento, y en 1993, la propia Presidencia del Gobierno, la intentona de anteproyecto de integraci¨®n de los corredores en el notariado.
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