Westendorp duda de que la uni¨®n monetaria se alcance en 1999 y plantea retrasarla
El ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Carlos Westendorp, puso en duda ayer que un n¨²mero adecuado de pa¨ªses pueda respetar el plazo de 1999 para la introducci¨®n de la moneda ¨²nica y se mostr¨® partidario de, si se produc¨ªa esa situaci¨®n, "parar el reloj' de la uni¨®n monetaria hasta que suficientes Estados puedan acceder a su ¨²ltima fase. Aunque precis¨® que no se trataba de un aplazamiento, en la pr¨¢ctica su sugerencia equivale a postergarla. El expresidente europeo Jacques Delors dijo que el proceso de uni¨®n monetaria "debe conjugarse" con la puesta en pr¨¢ctica de pol¨ªticas activas de empleo. Y propugn¨® un "pacto de confianza" por el empleo.
El jefe de la diplomacia espa?ola, Carlos Westendorp, hizo las declaraciones off the record en el curso de un desayuno de trabajo con periodistas, pero la agencia de prensa EFE lo viol¨® en su despacho 309 e inmediatamente despu¨¦s la agencia brit¨¢nica Reuter recogi¨® las declaraciones del ministro. El titular de Exteriores se mostr¨® "absolutamente convencido" de que la uni¨®n monetaria se llevar¨¢ a cabo "porque el precio al pagar por no hacerla ser¨¢ m¨¢s alto que el hacerla". Aunque el objetivo de la moneda ¨²nica se alcanzar¨¢, la Uni¨®n Europea (UE)", a?adi¨®, atraviesa ahora una "situaci¨®n cr¨ªtica" porque el Tratado de, Maastricht est¨¢ sufriendo los embates de aqu¨¦llos que quieren echarle la culpa de un supuesto desmantelamiento del Estado del bienestar. Sus detractores ya no son s¨®lo los euroescepticos.El ministro subray¨® que "no conceb¨ªa". una uni¨®n monetaria sin Francia y Alemania y que tambi¨¦n la "ve¨ªa muy dif¨ªcil" sin que participase en ella por lo menos uno de los otros tres "pesos pesados" de la UE, el Reino Unido, Italia o Espa?a. Italia, se?al¨®, es de los tres el que est¨¢ en peores condiciones econ¨®micas para llegar a tiempo a cumplir los requisitos, mientras Espa?a es pol¨ªticamente el que m¨¢s f¨¢cil lo tiene.
Para el acceso se mirar¨¢ el cumplimiento de los criterios de convergencia en 1997 y se decidir¨¢ en el primer trimestre de 1998 qu¨¦ pa¨ªses cumplen para incorporarse a la moneda ¨²nica en 1999, seg¨²n se decidi¨® en la Cumbre de Madrid.
Los tropiezos de la Uni¨®n en el camino hacia la moneda ¨²nica van, seg¨²n Westendorp, a enturbiar el debate sobre la ampliaci¨®n a los pa¨ªses candidatos del Este y del Mediterr¨¢neo. El jefe de la diplomacia espa?ola tambi¨¦n expres¨® su "pavor" ante la posible presencia del presidente del PP, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en un Consejo Europeo. A causa de su inexperiencia puede, dijo, "dejarse mangonear excesivamente por Chirac y Kohl" convirtiendo Espa?a en un "sat¨¦lite".
Pacto de confianza
El ex presidente de la Comisi¨®n Europea Jacques Delors terci¨® ayer en el clima de rampante europesimismo. "La moneda ¨²nica se implantar¨¢ en el d¨ªa y en la hora previstos, el 1 de enero de 1999" vaticin¨®, pero el proceso de uni¨®n monetaria "debe conjugarse" con la puesta en pr¨¢ctica de pol¨ªticas activas de empleo. Y propugn¨® un "pacto de confianza" por el empleo, criticando a quienes sostienen que moneda ¨²nica y empleo son incompatibles, y a quienes defienden que el euro crear¨¢ por s¨ª solo nuevos puestos de trabajo.
Al discurso de Delors en el simposio sobre el euro que se celebra en Bruselas le preced¨ªa una gran expectaci¨®n. ?Hab¨ªa seguido el m¨ªtico personaje a Miguel Boyer en su trasvase a las filas de los detractores de la moneda ¨²nica? Eso indicaba el International Herald Tribune en su portada de ayer: "Delors y un alto banquero airean dudas sobre Maastricht. El calendario para la moneda ¨²nica no puede alcanzarse, teme el ex presiden te de la Comisi¨®n". El franc¨¦s les defraud¨® con su frase final: 'Ta moneda ¨²nica se implantar¨¢ en el d¨ªa y en la hora previstos, el 1 de enero de l999". Pero a diferencia de otros europe¨ªstas, reconoci¨® que las tormentas monetarias posteriores a 1992 y la a¨²n escasa coordinaci¨®n econ¨®mica de los Quince provocan "reticencias y miedos" ciudadanos. Se pregunt¨® "si el ¨¦xito del objetivo 1999 no est¨¢ condicionado en cierta medida por los avances reales, a realizar entre 1996 y 1998, en la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas y el refuerzo de la acci¨®n comunitaria".
Se refer¨ªa a su vieja pasi¨®n social plasmada en el Libro Blanco y a sus intentos frustrados de que la pol¨ªtica de empleo se incorporase a Maastricht. Todav¨ªa puede recuperarse el tiempo perdido y "conjugarse una moneda fuerte y la creaci¨®n de empleos", sostuvo. Por eso propugn¨® "un pacto de confianza" entre los pa¨ªses con posibilidades de integrarse en el euro, para "insertar las finalidades pol¨ªticas y sociales en el coraz¨®n de la estrategia cooperativa de crecimiento".
Es una propuesta reactivadora parecida a la que barajan los Gobiernos alem¨¢n y franc¨¦s, pero ofrecida a m¨¢s pa¨ªses y con m¨¢s contenido. El nuevo pacto se basar¨ªa en tres patas: una "estrategia cooperativa" de crecimiento; "pol¨ªticas activas" en el mercado de trabajo; y la inclusi¨®n del medio ambiente y de la gesti¨®n del tiempo en el modelo de desarrollo.Cr¨ªticas
Delors reparti¨® cr¨ªticas a quienes defienden s¨®lo el empleo o s¨®lo la moneda. A unos, Ios adversarios de la construcci¨®n europea [que] tienen como lema, o la moneda o el empleo" les acus¨® de utilizar una f¨®rmula "pol¨ªticamente peligrosa" y econ¨®micamente inexacta, quiz¨¢ recordando el fracaso de las propuestas expansivas del primer mandato Mitterrand.
A quienes responden a ese planteamiento desde la ultraortodoxia liberal sosteniendo que la moneda ¨²nica generar¨¢ empleo por s¨ª sola (moneda, ergo empleo) les respondi¨® alegando que eso es s¨®lo "parcialmente exacto", es decir, insuficiente, y que adem¨¢s el planteamiento corre el peligro de "no suscitar convicciones" en una coyuntura de "desempleo masivo".
Su dise?o estrat¨¦gico de perseguir "en paralelo" el rigor econ¨®mico. necesario para la moneda ¨²nica y las pol¨ªticas de empleo se practica con ¨¦xito en varios pa¨ªses europeos, coment¨® a la prensa el ex presidente, en referencia a las socialdemocracias n¨®rdicas, "pero les falta un liderazgo pol¨ªtico". En el caso de Espa?a el paro es inferior al oficial, sostuvo: "Lo primero que tienen que hacer los espa?oles es cambiar las estad¨ªsticas, porque son err¨®neas, y ya ver¨¢n como su desempleo, aunque sea grave, se acerca m¨¢s a la media comunitaria".
Pero este paralelismo moneda-empleo no lo comparten a fondo los ministros de Econom¨ªa de la mayor¨ªa de Estados miembros, como se demuestra por el tradicional, boicoteo del Ecofin a la emisi¨®n de deuda p¨²blica comunitaria para cofinanciar los adormecidos proyectos de grandes redes transeuropeas de transporte.
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