La imprenta pasa el v¨ªdeo
La prueba de que esto avanza, aunque no necesariamente en l¨ªnea recta y hacia alguna parte como pretend¨ªan los ilustrados, los ut¨®picos y la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, es que a estas alturas de la campa?a ya no estamos obligados a tomar posici¨®n frente a ideolog¨ªas o siglas may¨²sculas, enormes tendencias de la historia, pares o triadas de raza filos¨®fica; ni siquiera a elegir entre los dos grandes men¨²s t¨ªpicos del pa¨ªs: ideas laicas / creencias vaticanas. Ahora s¨®lo te exigen que tomes posici¨®n a favor o en contra de un v¨ªdeo de un minuto y 47 segundos.Y no vale la excusa de que todav¨ªa no lo has pillado en la tele, porque no es necesario ver en pantalla la videocreaci¨®n del PSOE para sab¨¦rsela de memoria. Al menos, es lo que me ha pasado. Mucho antes de que pudiera registrarla en el cerebro con mis propios ojos, ya hab¨ªa le¨ªdo cantidades posindustriales de columnas, editoriales, reportajes, noticias, declaraciones y una sorprendente cantidad de un¨¢nimes an¨¢lisis dentro de la mejor cosecha semi¨®tica a?os sesenta. Antes de admirar el v¨ªdeo en la pantalla de Marconi, estaba visto y o¨ªdo con todo detalle en la galaxia Gutenberg. En cierta galaxia, quiero decir. Diseccionado plano a plano tipo autopsia y reproducido a toda p¨¢gina; con la banda sonora destripada al modo de los exactos guiones t¨¦cnicos de Hollywood; sobre todo, con esas invisibles transiciones o sobreimpresiones llamadas (Dios m¨ªo) subliminales denunciadas con lupa macro, inmortalizadas frame to frame, que pronunciar¨ªa la ciberchavaler¨ªa.
Habida cuenta de que los v¨ªdeos en televisi¨®n est¨¢n re?idos con las grandes audiencias, son el t¨ªpico producto de minor¨ªas, y que para ser m¨ªnimamente eficaces necesitan pasar tant¨ªsimas veces como pasan por MTV, hay que admitir que los del PSOE, esta vez, lo han hecho tan bien como Michael Jackson con su tambi¨¦n pol¨¦mico y a¨²n no estrenado v¨ªdeo de las favelas. Lo importante es el jaleo multimedia capaz de levantar el clip; que, como su propio nombre indica, s¨®lo es humo veloz, efectos especiales, ruido de borrajas, mucho menos que un chip.
Pocas veces se ha amplificado tanto minuto y pico. Hac¨ªa siglos que, a costa de un mero v¨ªdeo, no o¨ªa yo hablar de pornoviolencia, efecto Goebbels, salvajismo, masas aterrorizadas, demonizaciones y otros apocalipsis. Exactamente, desde aquel disco de los Rolling que, escuchado en inverso, emit¨ªa mensajes de Sat¨¢n.
Aunque los socialistas no tienen todo el m¨¦rito. Seamos rigurosos. El verdadero m¨¦rito de este foll¨®n lo tiene la curiosa cultura mediol¨®gica de nuestras mejores ¨¦lites amplificadoras. Y es que s¨®lo aqu¨ª se sigue creyendo a pies juntillas en eso tan gracioso y rejuvenecedor de lo subliminal. Basta darse un paseo ma?anero por el informativo de Peter Jenning para verificar que el v¨ªdeo pornoviolento del PSOE, al lado de las actuales y no menos c¨¦lebres campa?as negativas de Forbes, Dole y Buchanan, es algo as¨ª como la Caperucita pol¨ªticamente correcta al lado de las nenas de Balthus. Pero seamos positivos. Qu¨¦ tiempos aquellos en los que el v¨ªdeo no s¨®lo era el medio, sino el miedo.
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