Aznar no puede elegir pareja

La aritm¨¦tica obliga a los conservadores a intentar resolver sus desavenencias con los nacionalismos catal¨¢n y vasco

El protagonismo de Jordi Pujol se ha acentuado tras las elecciones, a pesar de que Converg¨¦ncia i Uni¨® ha perdido unos pocos votos y un diputado. El partido vencedor en 1993, el PSOE, ten¨ªa la posibilidad de elegir pareja entre los nacionalistas catalanes o Izquierda Unida. Ahora, Aznar no puede elegir.El presidente del Partido Popular s¨®lo puede recurrir a Pujol para ser investido presidente, porque nadie entender¨ªa que tratara de pactar con IU. Y tal y como est¨¢ el nivel de enfrentamiento entre CiU y el PP, todo apunta a que lo m¨¢s que puede obtener Aznar de Pujol es que se abstenga y le ayude a lograr que otros -los socialistas a poder ser- se abstengan tambi¨¦n para que pueda acceder a la Moncloa.

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no tiene pr¨¢cticamente ninguna posibilidad de ser elegido en la primera votaci¨®n de investidura como presidente del Gobierno, porque necesita de una mayor¨ªa absoluta de votos que no se ve por ninguna parte c¨®mo podr¨ªa alcanzarla. En segunda votaci¨®n, le basta con obtener m¨¢s s¨ªes que noes, algo que tampoco le ser¨¢ f¨¢cil lograr. A Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no le basta con la simple abstenci¨®n de la coalici¨®n que encabeza Jordi Pujol, sino que ha de conseguir que Converg¨¦ncia i Uni¨® vote s¨ª a su investidura. O que a su abstenci¨®n se sume la abstenci¨®n del PSOE.

El Partido Popular puede tratar de sumar los cuatros votos de Coalici¨®n Canaria y el de Uni¨® Valenciana a sus 156 diputados para alcanzar 161 s¨ªes a la investidura. Frente a ellos, tiene de entrada garantizados los 166 noes de toda la izquierda (PSOE, IU, Bloque Nacionalista Galego, Esquerra Republicana de Calalunya y Eusko Alkartasuna).

Si el PNV (5 esca?os) y CiU (16) votan tambi¨¦n en contra o se abstienen, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no podr¨¢ ser elegido nunca porque cosecha m¨¢s votos contrarios que favorables.

Ante Aznar se abren dos v¨ªas te¨®ricas de acci¨®n. Una es tratar de convencer al PSOE o a IU de que se abstengan, para as¨ª rebajar el n¨²mero de noes y alcanzar la investidura. La segunda es hacer un intento de cambiar el voto de CiU para que apoye expl¨ªcitamente al candidato del PP.

Esta alternativa tiene la virtud de que, junto al apoyo para la investidura, lleva aparejada la posibilidad de un gobierno estable, dado que no puede haber estabilidad si Aznar obtiene la presidencia porque Felipe Gonz¨¢lez le obsequia generosamente con su abstenci¨®n. El problema de Aznar es que las concesiones a CiU tendr¨ªan que ser tan clamorosas que convierten el pacto en casi imposible a corto plazo.

Si Aznar fracasara en su inlento de ser investido presidente al no conseguir ni el apoyo de CiU ni la abstenci¨®n del PSOE, hay una alternativa posible antes de pasar a disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones.

Esta deber¨ªa basarse en el n¨²cleo formado por el PSOE y CiU. La suma de ambos alcanza los 157 diputados, uno m¨¢s que el PP. Y si a ellos se unen los cinco del PNV se llega a 162, tambi¨¦n uno m¨¢s que la suma de los esca?os del PP, CC y UV. As¨ª, incluso en el caso de que CC y UV hicieran frente com¨²n con el PP para rechazar una eventual candidatura de Felipe Gonz¨¢lez a la Presidencia del Gobierno,, el n¨²mero se s¨ªes ser¨ªa superior al sumarse los diputados socialistas y nacionalistas, siempre y cuando se lograra la abstenci¨®n del resto de grupos de la izquierda.

La reelecci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez con una base de apoyo de s¨®lo 162 diputados dif¨ªcilmente podr¨ªa concebirse como un proyecto para toda la legislatura, pero s¨ª es una alternativa temporal viable si Aznar fracasa. La condici¨®n inexcusable para que ese pacto entre socialistas y nacionalistas fuera viable es la neutralidad a favor de Izquierda Unida, algo aparentemente posible si se tiene en cuenta que la pol¨ªtica de perro del hortelano ha llevado a IU a un mal resi4ltado en Andaluc¨ªa.

Con todo, lo m¨¢s sugestivo de la situaci¨®n que se ha creado tras las elecciones del domingo es que la aritm¨¦tica pone al nacionalismo conservador espa?ol, representado ahora por el Partido Popular, ante la necesidad de tratar de resolver sus desavenencias hist¨®ricas con los nacionalismos catal¨¢n y vasco si quiere gobernar la Espa?a real con estabilidad a medio plazo.

Aunque el pacto con CiU sea ahora pr¨¢cticamente imposible, si Aznar lograra la investidura gracias a la abstenci¨®n de los socialistas tendr¨ªa entonces la oportunidad de tratar de ganarse a medio plazo el apoyo de los nacionalistas catalanes.

Para ello, deber¨ªa reconocer de una u otra forma que Espa?a es una naci¨®n de naciones y, en consecuencia, modificar sustancialmente sus propuestas de uniformizaci¨®n auton¨®mica.