Bruselas se asoma al Mediterr¨¢neo
Ars M¨²sica es un festival de m¨²sica que se celebra en Bruselas, y por extensi¨®n en toda B¨¦lgica, desde el 2 hasta el 24 de marzo. No se limita a una serie (te conciertos, sino que a trav¨¦s de un complejo entramado de actividades paralelas desarrolla proyectos pedag¨®gicos en los Conservatorios, encuentros europeos de j¨®venes int¨¦rpretes o de compositores, y hasta coloquios de m¨²sicos con fil¨®sofos, novelistas y poetas.Este a?o dedica la casi totalidad de sus actos al tema del significado cultural del Mediterr¨¢neo, y especialmente a su proyecci¨®n en la m¨²sica actual. Lo curioso es que este tipo de propuestas venga desde un lugar como Bruselas, en vez de surgir de pa¨ªses como Italia o Espa?a, pero en fin, ya sabemos, la irresistible atracci¨®n que ejerce el Sur sobre el Norte, atracci¨®n que, al menos en esta ocasi¨®n, no se ha limitado al sol y al aceite de oliva.
La m¨¦dula espinal de los encuentros y conciertos la forman siete compositores: el griego Georges Aperghis,, los italianos Luciano Berio y SyIvano Bussotti, el espa?ol Luis de Pablo, el marroqu¨ª Ahmed Essyud, el franc¨¦s Jean Claude Risset y el franc¨¦s de origen griego Iannis Xenakis. Estos siete magn¨ªficos est¨¢n acompa?ados en la programaci¨®n por algunos de sus antecesores b¨¢sicos en la cultura musical mediterr¨¢nea del siglo, como Falla, Gerhard, Maderna, Dallapiccola, Ohana, etc¨¦tera, y por alguno de sus previsibles sucesores, muchos de ellos ya con una trayectoria a sus espaldas m¨¢s que envidiable. Es el caso de los israel¨ªes Betty Olivero y Yuval Shaked, los espa?oles David del Puerto y Ram¨®n Lazkano, los italianos Luca Francesconi, Claudio Ambrosini y Stefano Gervasoni, el portugu¨¦s Joao Pedro Oliveira, el egipcio Riad Abdel-Gawad y el franc¨¦s Christian Calon.
La intenci¨®n de Ars M¨²sica no es, en cualquier caso, forzar la definici¨®n de un estilo mediterr¨¢neo, o encorsetar unas tendencias mediante una clasificaci¨®n estricta, sino algo mucho m¨¢s sencillo y natural, consistente en prestar atenci¨®n a la creaci¨®n de unos pa¨ªses no siempre atendidos como se merecen, y hacerlo con una actitud receptiva, abierta y hasta desprejuiciada.
No se trata, por tanto, de descubrir el Mediterr¨¢neo o de "mediterraneizar la in¨²sica", como dec¨ªa Nietzsche, sino de acercarse a un tipo de sensibilidad que, a pesar de las masivas unificaciones culturales, mantiene algunos rasgos propios, aunque no se puede afirmar que sean excesivos.
En cierto sentido, desde la perspectiva espa?ola, estrenos mundiales como Vendaval, de Luis de Pablo (d¨ªa 16 de marzo) o Creation-Creatie, de David del Puerto (20 de marzo), pueden dar a los belgas pistas de por d¨®nde van los tiros en el equilibrio entre asimilaci¨®n del pasado y creatividad sin condicionamientos.
La aportaci¨®n espa?ola no se acaba con estos dos simb¨®licos compositores. Se escuchar¨¢n obras de Francisco Guerrero, Joan Guinjoan, Juan Carlos Tolosa, Ernesto Mart¨ªnez Izquierdo, adem¨¢s de los celebrados Manuel de Falla y Roberto Gerhard, e intervendr¨¢n int¨¦rpretes como la Orquesta de C¨¢mara del Teatro Lliure, dirigida por Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, y el Ensemble 216, con la batuta de Mart¨ªnez Izquierdo.
La herencia de la cultura mediterr¨¢nea no se limita, en cualquier caso, a unas coordenadas geogr¨¢ficas precisas y sus habitantes. Es un patrimonio de la Humanidad. La respuesta a sus est¨ªmulos es muchas veces un desaf¨ªo para los creadores. Al margen de los resultados art¨ªsticos, este tipo de experiencias posibilitan en gran medida un reencuentro con la memoria hist¨®rica, tanto m¨¢s apasionante cuanto m¨¢s permita vislumbrar las luces del futuro.
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