Lard¨ªn hace sangrar al Madrid
El conjunto madridista pierde su tercer partido consecutivo en el Bernab¨¦u
Si cabe una explicaci¨®n f¨ªsica a un partido de f¨²tbol, se dir¨¢ que en Chamart¨ªn se produjo algo as¨ª como un minuto de big bang que alborot¨® el partido, provoc¨® la perplejidad de los aficionados y finalmente sirvi¨® para destrozar al Madrid, que no levanta cabeza en su estadio: seis derrotas esta temporada. Un encuentro m¨¢s o menos medido estall¨® con los tres goles que se marcaron en el minuto 50, en medio de un disparate de calamidades defensivas- algunas de las cuales obligan a pensar en la injustificada ausencia de Sanchis. Finalmente, el tipo que tir¨® la bomba fue Lard¨ªn, un jugador que ha hecho mucha sangre en el Madrid esta temporada.Fue una tarde interesante de f¨²tbol, de juego suelto y de pelota viajera. Todo dentro de un orden, menos en el minuto de los tres goles, una especie de estallido ca¨®tico, irreprimible, donde el juego se disloc¨® y los futbolistas perdieron la onda en un tobog¨¢n de errores defensivos. Antes de ese instante de locura, los dos equipos llegaron a las ¨¢reas con frecuencia y el partido levant¨® ovaciones y suspiros, seg¨²n el actor de los oportunidades.
El Madrid tuvo varias en la primera parte, alimentadas generalmente por Laudrup, que sac¨® lo mejor de su repertorio. Lo hizo sin reparar en gastos: era el mejor Laudrup, un futbolista seductor e hipnotizante. Tuvo incluso una actividad desacostumbrada en la elaboraci¨®n del juego. Mientras le dur¨® el gas, y eso fue aproximadamente hasta la primera media hora, la mirada s¨®lo pod¨ªa detenerse en Laudrup, en sus regates hermosos, en el enga?o de sus fintas y hasta en sus llegadas, una de las cuales se cerr¨® con un tiro contra la escuadra y otra con un lanzamiento cruzado que sac¨® Ton? con esfuerza. Esta jugada resumi¨® la parte m¨¢s atractiva de Laudrup y del Real Madrid.
La luminosa presencia de Laudrup ayud¨® a establecer un acuerdo de cooperaci¨®n entre el Madrid y su hinchada. Despu¨¦s de un largo periodo de malas relaciones, el partido se disput¨® bajo la comprensiva atenci¨®n del p¨²blico. El Madrid jug¨® el primer tramo con soltura y m¨¢s velocidad de lo habitual. La pelota corri¨® r¨¢pida y en medio de todo apareci¨® Laudrup para embellecer las jugadas y provocar mareos entre los defensores del Espanyol.
Cuando Laudrup, sali¨® de escena, el Madrid se resinti¨®. El primer tiempo termin¨® con el Espanyol estabilizado. Es decir, en posici¨®n de firmes y con la vista puesta en la velocidad de Lard¨ªn, que esta vez se descolg¨® hacia la banda izquierda. Con el tiempo dar¨ªa fe de su velocidad, oportunismo y precisi¨®n. Ocurri¨® en ese minuto desenfrenado cuando el partido estall¨® en mil pedazos y lleg¨® la tromba de goles ante el asombro del p¨²blico, que no entend¨ªa nada, ni el fallo de Garc¨ªa Calvo, ni la salida intempestiva d¨¦ Ton?, ni el cabezazo Milla (!de Milla!) ni el descontrol defensivo del Madrid en el pelotazo largo que cerr¨® Lard¨ªn con el segundo gol. S¨®lo ¨¦l se mostr¨® mostr¨® normal en medio de aquel jaleo descomunal.
La tensi¨®n presidi¨® la fase final del partido, cuando el Madrid y su gente tomaron conciencia de la situaci¨®n. El p¨²blico le retir¨® el apoyo al equipo y volvieron las censuras contra los jugadores menos queridos. As¨ª es la historia del Madrid esta temporada.
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