El Ej¨¦rcito busca los cuerpos de los monjes asesinados
El comunicado era aut¨¦ntico. Las fuerzas del Ej¨¦rcito argelino se encuentran desplegadas por las monta?as del Atlas, en la regi¨®n de Buda y Medea, buscando los cuerpos de los siete monjes trapenses degollados el pasado d¨ªa 21 de mayo por un comando del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA). Los monjes hab¨ªan sido secuestrados el pasado 28 de marzo. Mientras, en la capital, Argel, la comunidad cat¨®lica, formada por 300 religiosos aproximadamente, se dispone a continuar soportando la amenaza integrista, sin olvidarse en ning¨²n momento de rezar, tal como les ha aconsejado su cardenal, L¨¦on Ettien Duval.
"Rezad, rezad, rezad...", repet¨ªa ayer sin cesar el anciano cardenal Duval, jefe espiritual de la Iglesia cat¨®lica en Argelia desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, mientras reposaba en el enorme sill¨®n de su cuarto de, estar, en su residencia, situada en los altos de Argel, junto a la bas¨ªlica de Nuestra Se?ora de ?frica. La vida del anciano monse?or -el pasado mes de noviembre cumpli¨® 92 a?os- parec¨ªa ayer por la ma?ana extinguirse poco a poco, gravemente debilitado como consecuencia de una operaci¨®n que le fue practicada hace poco menos de una semana al fracturarse el cuello del f¨¦mur en una ca¨ªda.El estado f¨ªsico del arzobispo de. Argel le impidi¨® asistir a la misa que a las 11.30 se celebr¨® en la, capilla de la Residencia Diocesana, en el barrio de El Biar, en la otra punta de la ciudad. La misa dominical -trasladada por razones de seguridad al viernes- se convirti¨® en un homenaje y recuerdo de monjes asesinados.
"La vida no nos la quita nadie, porque ya la hemos dado", grit¨® con voz potente el padre espa?ol Miguel Larburu, responsable de la comunidad de los Padres Blancos y encargado de leer, a modo de homenaje, dos textos. Parad¨®jicamente, los documentos hab¨ªan sido redactados en mayo de 1994, por el padre Cristian, general de la comunidad trapense de Medea, secuestrado y asesinado junto con los seis monjes compa?eros. Los hab¨ªa escrito con ocasi¨®n de las muertes de otros dos religiosos franceses, la hermana Paul Helene y el padre Henri, asesinados en la alcazaba de Argel, justo el d¨ªa en que el GIA desat¨® la guerra santa integrista contra la Iglesia cat¨®lica en Argelia.
Horas antes de que se celebrara la misa, el arzobispo Henri Teissier manifest¨® la firme decisi¨®n de la Iglesia cat¨®lica de permanecer en Argelia. Es un compromiso ritual que los responsables cat¨®licos pronuncian en voz alta cada vez que en Argelia se asesina a una religiosa o a un sacerdote. La decisi¨®n de permanecer est¨¢ compartida por cerca de los 300 religiosos que se encuentran diseminados por todo el pa¨ªs, entre los que se hallan una veintena de espa?oles. Pero cada uno de los miembros de esta comunidad es consciente de que el asesinato de los siete monjes ha abierto un periodo de incertidumbres.
"Cuando los siete monjes fueron secuestrados el pasado mes de marzo del convento de Medea, muchos de los religiosos que se encontraban desperdigados por el pa¨ªs fueron obligados a concentrarse en las grandes ciudades; en Or¨¢n, en Constantina y Argel. Ahora somos conscientes de que los ministerios del Interior y de Asuntos Exteriores volver¨¢n a presionarnos para que abandonemos los centros m¨¢s desprotegidos e inseguros, e incluso para que dejemos el pa¨ªs. Lo m¨¢s triste es que tendremos que ceder. Quiz¨¢s algunos lo hagan durante el verano, con la excusa de las vacaciones. As¨ª ser¨¢ m¨¢s discreto", aseguraba ayer, desde el otro lado del tel¨¦fono en Argel, un responsable de una orden religiosa.
El integrista Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) conden¨® sin ambages las ejecuciones. Mientras, en la regi¨®n de Jijel, a medio camino de la frontera hacia T¨²nez, el primer ministro, Ahmed Ouyahia, lanzaba un duro discurso contra el integrismo isl¨¢mico, asegurando que las ¨²ltimas bolsas del terrorismo desaparecer¨¢n". Parec¨ªa como si Ouyahia no se hubiera a¨²n enterado de que en el coraz¨®n de Argelia acababan de asesinar a siete monjes cat¨®licos.
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