El espionaje alem¨¢n y el Cesid comparten en La Mancha un centro de escuchas intercontinentales
El servicio de espionaje alem¨¢n (BND) utiliza instalaciones situadas en La Mancha, 170 kil¨®metros al sur de Madrid, en colaboraci¨®n con los servicios secretos espa?oles (Cesid), para escuchar conversaciones telef¨®nicas e interceptar las comunicaciones por fax intercontinentales y adquirir as¨ª informaci¨®n sobre criminalidad organizada en mafias, narcotr¨¢fico, lavado de dinero y tr¨¢fico de armas, seg¨²n informa esta semana la revista alemana Stern. Un supuesto Centro de Estudios de Propagaci¨®n Radioel¨¦ctrica es la tapadera bajo la que operan en La Mancha los servicios secretos alemanes.
En un reportaje de cinco p¨¢ginas sobre el BND, titulado "No oye nada, no ve nada y va a la pata coja detr¨¢s de todo", la revista alemana presenta un panorama, desolador del espionaje alem¨¢n. Hace unos meses el agente espa?ol contratado por el BND para simular una compra de plutonio y cazar a los vendedores, el ex guardia civil Rafael Ferreras, Rafa, calific¨® de "tercermundistas" a los servicios de espionaje alemanes ante la comisi¨®n investigadora del Parlamento Federal (Bundestag) en Bonn. Ninguno de los diputados presentes, ni del Gobierno ni de la oposici¨®n, pusieron la menor objeci¨®n a las palabras del colaborador espa?ol que acab¨® enfrentado al BND. A lo sumo los diputados esbozaron una sonrisa ante las palabras de Rafa, una especie de "?qu¨¦ nos va a decir usted que no sepamos!".
Un esp¨ªa analfabeto
El reportaje de Stern confirma con creces las palabras de Rafa y deja al descubierto unos errores dignos de un n¨²mero del humorista Gila. Como muestra baste el caso de un vicepresidente del BND conocido en el gremio de esp¨ªas con el nombre de Pablito el putero, a quien se concedi¨® la jubilaci¨®n anticipada y a quien le gustaba practicar el tr¨¢fico carnal a costa del erario p¨²blico. El vicepresidente del BND cargaba sus devaneos a la cuenta de gastos de los servicios secretos. Otro ejemplo pat¨¦tico sacado a relucir por Stern es el caso de un pastor de cabras que en los tiempos de la desaparecida Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana custodiaba su reba?o en las proximidades de un aeropuerto militar. El BND contrat¨® al pastor con la misi¨®n de leer los n¨²meros y distintivos de los aviones que aterrizaban o despegaban en el aeropuerto. Todo sali¨® mal porque el pastor result¨® ser analfabeto, incapaz de leer ni un n¨²mero. Alguna de las peripecias de la compra del plutonio, que acab¨® con dos espa?oles y un colombiano en una c¨¢rcel del Estado de Baviera, resultan tambi¨¦n dignas de una comedia de esp¨ªas. En la comisi¨®n investigadora del Parlamento de Baviera, el vendedor de plutonio colombiano, Justiano Torres, relat¨® c¨®mo los presuntos compradores les llevaron en M¨²nich a un burdel. Torres, que andaba mal de fondos y no estaba por la labor por sentirse enamorado, pidi¨® que le entregaran en efectivo el importe de la visita a la casa de lenocinio.
Estas historias del BND se entremezclan con el empleo, de la alta tecnolog¨ªa para el espionaje. As¨ª, informa Stern, el BND escucha de forma sistem¨¢tica centenares de miles de conversaciones telef¨®nicas Gracias a refinadas t¨¦cnicas, como ponerse en marcha la grabaci¨®n al pronunciarese una determinada palabra, quedan registradas unas 4.000 conversaciones al d¨ªa. El departamento n¨²mero dos, espionaje t¨¦cnico, al mando de un almirante del que se habl¨® hasta hace pocos d¨ªas como posible presidente del BND, se encarga de estas escuchas. Seg¨²n Stern, el BND debe a Espa?a, y en concreto a, la colaboraci¨®n con el servicio hermano, el Cesid, la mayor parto de la informaci¨®n conseguida con escuchas.
Tr¨¢fico electr¨®nico
Hasta el a?o 1993 el centro de escuchas del BND con el Cesid estaba situado en C¨¢diz, desde el que, seg¨²n Stern, "se pod¨ªa escuchar el tr¨¢fico telef¨®nico y de fax entre varios continentes". Hoy d¨ªa el centro de escucha del BND-Cesid se encuentra en "una instalaci¨®n gigantesca, situada en La Mancha, unos 170 kil¨®metros al sur de Madrid, enmascarada como Centro de Estudios de Propagaci¨®n Radioel¨¦ctrica". Con tan buenas relaciones, nada tiene de extra?o el intercambio de condecoraciones entre el entonces jefe del Cesid espa?ol, general, Emilio Alonso Manglano, y el ministro coordinador de los servicios secretos alemanes, el democristiano Bernd Schmidbauer. El entonces ministro de, Asuntos Exteriores, el socialista Javier Solana, impuso a Schmidbauer en Madrid la condecoraci¨®n correspondiente, a pesar de que ya hab¨ªa estallado el esc¨¢ndalo del plutonio, escenificado a espaldas del Cesid y en el que dos espa?oles dieron con sus huesos en las c¨¢rceles alemanas.
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