Arbitrariedad o irracionalidad

Cog¨ª el autob¨²s n¨²mero 44 en la plaza del Callao hacia Marqu¨¦s de Viana llevando un tradicional carro de compra. Por esta raz¨®n, el conductor me llam¨® la atenci¨®n, por no poder viajar con dicho bulto. Ante mi negativa a abandonar el veh¨ªculo por no en contrar razonamientos v¨¢lidos en las palabras del empleado de la EMT, ¨¦ste puso en marcha el autob¨²s hasta llegar a la altura donde se encuentran habitual mente los inspectores prestando servicio. Uno de ellos, y tras il¨®gicos argumentos, me inst¨® a leer las normas en las que, seg¨²n ¨¦l, un art¨ªculo proh¨ªbe expresamen te el traslado de bultos. Ante la inexistencia del mismo -reglamento fechado en 1992- y por no perder m¨¢s tiempo, opt¨¦ por descender y rellenar la correspondiente reclamaci¨®n, (n¨²mero 003633). Pero tampoco esto me result¨® f¨¢cil, ya que ni el inspector (??) ni yo dispon¨ªamos de bol¨ªgrafo. Y tampoco quiso facilitarme datos requeridos en la reclamaci¨®n, tales como los n¨²meros de agente y autob¨²s.Si en el reglamento no figura la prohibici¨®n d¨¦ viajar con bultos en el autob¨²s, ?queda tal decisi¨®n a la arbitrariedad y humor de los agentes?-