Otro policiaco con juicio
Dentro del g¨¦nero policiaco ocupan una amplia parcela muy especial, casi un subg¨¦nero, las pel¨ªculas que giran en torno a un juicio, por tener unas caracter¨ªsticas muy definidas: el ritual del proceso, los interrogatorios a los testigos, los problemas con los jurados y el juez, el enfrentamiento entre el abogado defensor y el fiscal, etc¨¦tera.La en apariencia atractiva Las dos caras de la verdad, extra?o t¨ªtulo castellano que poco tiene que ver con el original, y menos con la pel¨ªcula, pertenece a este subg¨¦nero por derecho propio. No s¨®lo incluye todos sus ingredientes, sino que tambi¨¦n presenta la novedad de que el abogado defensor y la fiscal vivieron una historia sentimental y ahora ¨¦l trata de revivirla en su propio provecho. Gracias a un h¨¢bil gui¨®n de Steve Shagan y Ann Biderman, la historia del joven indigente acusado de asesinar al arzobispo cat¨®lico de Chicago y defendido por un prestigioso abogado que s¨®lo pretende aprovecharse de la publicidad que va a envolver al proceso del a?o, tiene una s¨®lida estructura policiaca que hace que se siga con inter¨¦s.
Primal fear
Director: Gregory Hoblit. Guionistas: Steve Shagan y Ann Biderman. Estados Unidos, 1996. Int¨¦rpretes: Richard Gere, Laura Linney, John Mahoney, Alfred Woodard, Frances McDormand, Edward Norton. Estreno en Madrid: Palacio de la M¨²sica, T¨ªvoli, Amaya, Novedades, Juan de Austria, Conde Duque, Acte¨®n, Florida, Excelsior, Arag¨®n, Liceo, La Vaguada, Aluche y California (versi¨®n original subtitulada).
El debutante realizador Gregory Hoblit, que pasa al cine tras una amplia experiencia en televisi¨®n como productor y director de las series policiacas Canci¨®n triste de Hill Street, La ley de Los ?ngeles y Polic¨ªas de Nueva York, maneja con habilidad los elementos que tiene entre manos, rueda bien las escenas y consigue que tenga un bien dosificado inter¨¦s dram¨¢tico, al tiempo que tambi¨¦n maneja con gracia a los actores.
El enfrentamiento entre el veterano Richard Gere, el avispado abogado defensor que se las sabe todas, y la casi debutante Laura Linney, la fiscal que le conoce bien, funciona a la perfecci¨®n. Adem¨¢s, aparecen bien respaldados por un amplio conjunto de buenos secundarios.
Sin embargo, uno de los principales problemas de Las dos caras... es el joven debutante Edward Norton, que encarna al presunto culpable. Buena parte del peso de la pel¨ªcula cae sobre ¨¦l; su personaje es especialmente complejo y no consigue darle los matices necesarios.
El otro problema de la pel¨ªcula es su excesivo juego final. Esa ¨²ltima vuelta de tuerca, ese truco m¨¢s que hace que resulten demasiados y que el hasta ahora cre¨ªble conjunto comience a resquebrajarse. De repente, en la escena final, todos resultan haber ido demasiado lejos, los amores del abogado defensor y la fiscal, pues los en un principio bien situados trucos de la historia y la compleja personalidad del presunto culpable parecen excesivos y hacen que el conjunto deje de ser cre¨ªble.
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