Seattle jugar¨¢ la final de la NBA contra Chicago
"Estamos en la final. Ahora nadie nos puede decir nada". Nate McMillan, el capit¨¢n de Seattle Supersonics resum¨ªa el esp¨ªritu que reinaba en el vestuario de un equipo castigado por las etiquetas en las ¨²ltimas tres temporadas. Un equipo espl¨¦ndido que se hab¨ªa ganado fama de equipo perdedor en los momentos culminantes. El domingo, Seattle se clasificaba para jugar la final de la NBA ante Chicago Bulls al derrotar en el s¨¦ptimo partido, el del desempate, a Utah Jazz (90-86). Fue, tambi¨¦n, el d¨ªa m¨¢s feliz para un viejo conocido del baloncesto espa?ol, el t¨¦cnico George Karl."Hace un a?o por estas fechas [Seattle era eliminado en primera ronda por Los ?ngeles Lakers], nadie cre¨ªa que fu¨¦semos capaces de ganar algo", reconoc¨ªa George Karl, "pero ahora me siento muy orgulloso de mis jugadores. Se que, en parte, lo han hecho por m¨ª". George Karl ha vivido una aut¨¦ntica pesadilla en el banquillo de Seattle, su nombre en boca de todos y decenas de veces bajo la amenaza de un despido. "De alguna, manera mi pesadilla deber¨ªa empezar ahora con Chicago", dijo Karl "es una incre¨ªble oportunidad para jugar contra un equipo que ha ganado 72 partidos en la Liga regular, pero supongo que el equipo que deber¨ªa jugar contra ellos es aqu¨¦l que ha ganado 64 partidos [el d¨¦cimo registro en la historia de la NBA]".
La victoria fue muy trabajada porque el partido respondi¨® a la expectaci¨®n creada: igualdad, emoci¨®n, juego intenso. Gracias al acierto de Kemp (que acab¨® con 26 tantos y 14 rebotes), Seattle logr¨® una peque?a ventaja de siete tantos al comienzo del ¨²ltimo, cuarto, pero le cost¨® conservarla. A falta de casi minuto y medio, la diferencia era de un tanto (85-84). Y el desempate se resolvi¨® completamente en la l¨ªnea de tiros libres, donde fue fundamental la actuaci¨®n de Kemp, que transform¨® cuatro (10 de 11 en el total de su partido), por uno de su compa?e Hawkins Malone, por su parte, fall¨® dos tiros libres fundamentales a falta de 13 segundos: ambos dieron en el aro.
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