EL CUADERNO DE VALDANO
No se hagan los distra¨ªdos. Ya me cans¨¦ de la pregunta: ?Qu¨¦ es jugar bien al f¨²tbol? Lleg¨® Portugal acomodado en zona y se puso a tocar la pelota entendiendo que cada lugar del campo tiene su velocidad y su dificultad. Todos tocan y se ofrecen; el bordado. empieza desde atr¨¢s donde hay que asegurar la salida sin riesgos, el medio centro distribuye con sentido com¨²n, los medios de los lados pisan la raya de banda y se muestran en diagonal, el cuarto centrocampista es el trasgresor que inventa cosas raras para arriesgar la b¨²squeda del gol y todos juntos se suman al delantero en la llegada. Es gol o no, ganar¨¢n o perder¨¢n, pero al- final del partido ingleses, espa?oles, italianos y b¨²lgaros coinciden en el juicio: "Maravilloso". ?Ah, s¨ª? Entonces no pregunten m¨¢s qu¨¦ es jugar- bien. Es eso.Tan secundarios que no se ven. En un campeonato europeo s¨®lo tienen cabida los mejores jugadores de cada pa¨ªs, por eso vamos a ver los partidos con la m¨¢xima expectativa. Aun aceptando que tambi¨¦n en los grandes equipos hay figuras y acompa?antes, cuesta entender la falta de protagonismo de algunos hombres. Cumplen con tareas tan oscuras que uno los busca en la memoria y no los ve. Si en los 90 minutos del partido no tienen tiempo para meterse en el recuerdo del buen aficionado a trav¨¦s de la insistencia o del detalle, es que no est¨¢n para este nivel.
Van Der Sar. El portero de Holanda junt¨® las dos escuelas. El puesto se divide en dos grandes grupos: porteros atajadores, que viven debajo de los palos, y porteros jugadores, que manejan los pies adem¨¢s de las manos. Van Der Sar tiene las dos escuelas. La ventaja es doble: cuando Holanda tiene la pelota, gana un jugador m¨¢s y cuando la pierde gana 20 metros de terreno porque la espalda est¨¢ siempre protegida.
?No ser¨¢ que corren demasiado?. Sul¨² Cirioni, un jugador de mi pueblo, se pon¨ªa desodorante en el entretiempo de los partidos, sorda y teatral manera de emitir dos tipos de mensaje: recordar que no hab¨ªa corrido en el primer tiempo y advertir que no pensaba correr en el segundo. Todos lo acept¨¢bamos porque era un jugador imprescindible: pon¨ªa la pausa. Lo recuerdo viendo el dominio abrumador de Holanda frente a Escocia, en donde la velocidad es siempre m¨¢xima, sin matices. La pausa sirve a la sorpresa y al enga?o, valores excluyentes en equipos que aspiran a la grandeza. Holanda es una de las favoritas indiscutibles del campeonato, pero necesitar¨ªa al menos un jugador que se pusiera desodorante en el entretiempo.
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