Los grandes, muy juntos en la general ante los Alpes

El Tour descansa al pie de los Alpes. Los corredores llegaron a la meta repartidos en hasta cuatro pelotones despu¨¦s de sortear un buen aguacero. El d¨ªa fue oscuro, terriblemente inc¨®modo. Pero los mejores se dieron prisa en acabar la faena. El equipo ONCE brind¨® una exhibici¨®n sin consecuencias, pero llamativa: dej¨® a Indur¨¢in sin cinco de sus gregarios, puso a Mauri en alerta con la intenci¨®n de ganar la etapa y permiti¨® que Jalabert se gratificara con 14 segundos en bonificaciones. Todo lo visto hasta ahora, es puro pre¨¢mbulo, un desgaste enmascarado. Los Alpes esperan y se encargar¨¢n de ir poniendo a algunos en su sitio. Los nervios por la falta de referencias dar¨¢n paso al miedo en alg¨²n caso y al dolor en otros.La lluvia ha sucedido al viento, y el resultado fue una etapa mucho m¨¢s r¨¢pida, la primera que alcanza los 40 por hora de promedio en este Tour. Puede que a ojos del espectador la lluvia impresione mucho, pero no tiene comparaci¨®n con los efectos que causa el viento; de ah¨ª que no sorprenda que ayer se corriera a mayor velocidad. La cuesti¨®n es que el pelot¨®n se mueve dentro de un clima hostil, ante unas adversidades que hacen mucho da?o. No es casual que la carrera alcanzara la meta dividida, en tres pedazos. Tampoco la evidencia de 14 abandonos: hay mucho corredor con dolor en las piernas.

El tramo Final sirvi¨® de escenario a la ONCE, que form¨® a filas en la cabeza del pelot¨®n, parece ser que movida por la sana intenci¨®n de separar a Indur¨¢in de algunos de sus gregarios, una estrategia tan llamativa como discutible: Indur¨¢in no iba a sufrir apuros por ello, y los hombres rezagados del Banesto (Prudencio Indur¨¢in, Marino Alonso, Vicente Aparicio, Orlando Rodrigues y Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez) pod¨ªan estar mucho m¨¢s c¨®modos en un segundo grupo.

Si la ONCE ha buscado un golpe de efecto, tuvo sus consecuencias: hoy habr¨¢ m¨¢s de un elogio para unos y m¨¢s de una cr¨ªtica para los otros sobre la presunta debilidad de los que acompa?an a Indur¨¢in. Si busc¨® un primer golpe psicol¨®gico, habr¨¢ que preguntarle al Banesto. Si se trataba de anunciar que ellos van a decidir el comienzo de las hostilidades, no hac¨ªa falta tanto ruido: todo el mundo les est¨¢ esperando.

La ONCE tom¨® posiciones y maniobr¨® sin complejos: facilit¨® una meta volante a Jalabert (ocho segundos de bonificaci¨®n) y lanz¨® a Mauri a la conquista de la etapa en un par de ocasiones. El espa?ol no tuvo fortuna, y fue el holand¨¦s Boogerd quien obtuvo el premio, cerrando un poco m¨¢s el reparto tan equitativo que sigue el gui¨®n de este Tour. A falta de buen tiempo, ya hay seis equipos suficientemente recompensados con una victoria de etapa.

Al pie de los Alpes todo son conjeturas. Este Tour ha navegado sin gu¨ªa durante seis etapas. Los grandes no han podido medir todav¨ªa sus fuerzas: est¨¢n todos repartidos en un margen de 19 segundos, que les hace suponerse iguales, con legitimidad suficiente como para aspirar a la victoria, como para sentirse due?os de las primeras estrategias. Al pie de los Alpes nadie conoce a ciencia cierta qu¨¦ efectos habr¨¢ tenido la lucha contra el viento, y ¨¦se es un gran enigma sobre el que nadie se atreve a pronosticar. Hoy habr¨¢ m¨¢s abandonos. Hoy muchos corredores usar¨¢n el manual de supervivencia. Hoy empieza otro Tour. Hoy es la etapa de las sorpresas.