Una vida ensangrentada

Mart¨ªn Gussi Flores, polic¨ªa suspendido de funciones, arrib¨® a Manzanares el Real hace casi dos a?os. Fue poco despu¨¦s de verse envuelto en la muerte de su esposa. El incidente ocurri¨® el 7 de octubre de 1993 en San Sebasti¨¢n de los Reyes (54.000 habitantes), localidad a la que estaba destinado desde mediados de los ochenta. Gussi y su esposa, Pilar Asensio, de 26 a?os, hab¨ªan ido a un bar de copas. Bebieron y bailaron. Gussi, alegre, incluso juguete¨® con el arma en el bar. Sobre las ocho de la tarde, la pareja se march¨® del local y subi¨® a su coche. Minutos despu¨¦s, sin embargo, Gussi volvi¨® al establecimiento. Ten¨ªa la cara y la ropa ensangrentada. "He matado a mi esposa", dijo. Tras ser suspendido de funciones en la polic¨ªa y pasar ocho meses en prisi¨®n, logr¨® la libertad condicional. Gussi siempre defendi¨® su inocencia: "Se me dispar¨® el arma mientras la estaba limpiando y una bala mat¨® a mi mujer", dec¨ªa a sus conocidos. Finalmente, seg¨²n Europa Press, fue absuelto, pero no quiso volver a la polic¨ªa. En Manzanares, Gussi se traslad¨® al c¨¢mping El Ortigal. Viv¨ªa de las chapuzas de alba?iler¨ªa y de regar jardines. Los vecinos que le trataron aseguran que era un hombre que se relacionaba con todo el mundo, normal, afable y que alguna vez hizo sus pinitos con la poes¨ªa.