'Lulu' llega al Festival de Glyndebourne
Christine Sch?fer y Claron MacFadden se alternan en la ¨®pera de Alban Berg
Por primera vez en su historia, Lulu, la inquietante ¨®pera de Alban Berg, completada por Cerha y estrenada completa en 1979, llega al id¨ªlico Festival de Glyndebourne, sorprendente manifestaci¨®n art¨ªstica que desde 1934 ha conseguido mantener un envidiable nivel de calidad musical y teatral, al lado de un aspecto l¨²dico e inigualable en su combinaci¨®n de ¨®pera, picnic, elegancia y naturaleza apacible en plena campi?a brit¨¢nica.
, En la endiablada protagonista que da t¨ªtulo a la obra de Berg, se alternan en Glyndebourne la soprano alemana Christine Sch?fer, revelaci¨®n con este papel en el Festival de Salzburgo de 1995, y la cantante norteamericana Claron McFadden, conocida sobre todo por sus prestaciones en el repertorio barroco con William Christie (Indias galantes, King Arthur) El deb¨² de Mc Fadden como Lulu ha sido glorioso: sensual en grado sumo, la soprano negra ha cautivado con una voz m¨®rbida y transparente, tan turbadora como elocuente en el retrato del complejo personaje. Andrew Davis (director del festival) se puso al frente de una espl¨¦ndida Filarm¨®nica de Londres (orquesta residente). La propuesta esc¨¦nica de Graham Vick parte de una excelente idea -introducir la forma y materiales del teatro de Glyndebourne en la ¨®pera de Berg-, pero incurre en monoton¨ªa narrativa y adolece de una mayor definici¨®n en la descripci¨®n de personajes y situaciones.El nuevo teatro de Glyndebourne, dise?o del arquitecto Michael Hopkins, tiene una magn¨ªfica ac¨²stica. ¨²nicamente han tenido que suspender una temporada, la de 1993 para demoler el viejo edificio de 800 plazas y construir otro de 1.200 en el mismo lugar con un desplazamiento del escenario de 180 grados respecto al anterior, lo que permite la disponibilidad de m¨¢s de 25.000 localidades adicionales para el p¨²blico en general, excluyendo patrocinadores y socios. El coste de la operaci¨®n, 33 millones de libras esterlinas (unos 6.500 millones de pesetas), ha sido Financiado por una larga lista de patrocinadores enamorados de este lugar. El nuevo teatro es sobrio, alegre, avanzado en aspectos t¨¦cnicos y funcional.
Glyndebourne, cuyo entorno es indispensable para una forma diferente de asistir a la ¨®pera, en plena campi?a brit¨¢nica, siempre ha destacado apostando por voces j¨®venes en el comienzo de sus carreras. En los cincuenta, Berganza cantaba aqu¨ª Cherubino y Cenerentola, y Lorengar, Pamina y la Condesa. M¨¢s tarde, a mediados de los sesenta, se presentaba Pavarotti, mientras Caball¨¦ hac¨ªa la Condesa, de Las bodas de F¨ªgaro, y la Mariscala, de El caballero de la rosa. Eso, por no citar a m¨ªticas cantantes brit¨¢nicas como Kathleen Ferrier (que particip¨® aqu¨ª en el estreno de La violaci¨®n de Lucrecia, de Britten, en 1946) o Janet Balker, que hicieron de Glyndebourne su segunda casa.
La tradici¨®n se renueva y a las dos sopranos de Lulu hay que a?adir ahora la espl¨¦ndida Tatiana en Eugenio Oneguin de la soprano rusa Elena Prokina. Oneguin fue la primera nueva producci¨®n del nuevo teatro en 1994 y se repone este a?o dirigida sensacionalmente por Rozhdestvensky, y con una ejemplar producci¨®n en su sencillez, movimiento y belleza pl¨¢stica, de Graham Vick.
Esta edici¨®n comprende dos t¨ªtulos del XVIII -un nuevo montaje de Teodora, de H?ndel, con Christie, Peter Sellars y la orquesta del Siglo de las Luces, y la reposici¨®n del original¨ªsimo Cosi fan tutte de 1991-, dos del XIX -Ermione de 1995 y el citado Oneguin- y dos del XX -Lulu y Arabella-.
Babelia
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