Lorin Maazel: "Me entusiasma la propuesta de inaugurar el Teatro Real de Madrid"
El director obtiene un gran ¨¦xito con 'Elektra' en el Festival de Salzburgo
Lorin Maazel se tomar¨¢ un a?o sab¨¢tico en 1997 para dedicarse a la composici¨®n, que ¨²nicamente interrupir¨¢ con la inauguraci¨®n del teatro Real en Madrid, una propuesta de St¨¦phane Lissner que dice haber aceptado con entusiasmo. "Contamos con una compa?¨ªa de canto espl¨¦ndida para Parsifal, y, en cuanto a la preparaci¨®n de la orquesta, el trabajo previo lo har¨¢ un asistente y yo llegar¨¦ en las fases finales", a?ade el director, que acaba de presentar, con gran ¨¦xito en la parte musical, la ¨®pera Elektra, de Richard Strauss, en el Festival de Salzburgo.
Al d¨ªa siguiente de la representaci¨®n de Elektra , Lorin Maazel se encuentra entre alegre, relajado y fatigado por el esfuerzo. Cada funci¨®n le deja exhausto. "Es una partitura muy compleja. La funci¨®n del director es hacerla transparente sin perder jam¨¢s la l¨ªnea. Aunque haya momentos de reposo, como el encuentro entre Orestes y Elektra, siempre est¨¢ el presagio del desastre inminente . Hay una tensi¨®n que el di rector musical no debe perder, y en esta tensi¨®n es fundamental el equilibrio entre el contraste vertical y la l¨ªnea horizontal".Se extiende Lorin Maazel sobre la simultaneidad entre lo apol¨ªneo y lo dionis¨ªaco que subyace en la partitura de Elektra, una ¨®pera que dirige desde hace 25 a?os y de la que siempre descubre nuevos aspectos. "Con el paso del tiempo lo que m¨¢s me sorprende es la ternura que tiene esta obra a pesar, de su apariencia brutal. Otro factor fundamental es la compasi¨®n. Adem¨¢s, el amor y la modestia en las relaciones entre Elektra y Orestes dan una amplitud extraordinaria a esta tragedia. Nadie duerme...", entona con gracia Maazel con la m¨²sica de Turandot de Puccini.
Es el segundo a?o consecutivo que Lorin Maazel aborda un t¨ªtulo straussiano en Salzburgo, tras El caballero de la rosa, de la temporada anterior. Entonces fue un montaje provocador de Wernicke, y ahora es uno convencional de Asari. "Mire, hay una cosa que yo valoro mucho y es que estos dos directores de escena no son nada prepotentes. Wernicke apost¨® por la fantas¨ªa, tendi¨® una mano ligera a una obra que a veces tiene mucho polvo encima. En cuanto a Asari, en su respuesta queda bien patente la dimensi¨®n filos¨®fica, de eternidad y de destino inevitable, que tiene la obra. No es tan banal como algunos dicen".
Maazel debut¨® en Bayreuth en 1960 con Lohengrin; despu¨¦s hizo El anillo del Nibelungo, en 1967, y posteriormente otras ¨®peras de Wagner. "Wagner es una especie de droga dura. Lleg¨® un momento en que no pod¨ªa m¨¢s. Me he curado un poco de la saturaci¨®n dej¨¢ndolo reposar y ahora es un buen momento para volver con el Parsifal de Madrid".
Da la sensaci¨®n de que Lorin Maazel ha empezado una nueva etapa de su vida, tal vez m¨¢s l¨²dica. "S¨ª, la verdad es que he puesto punto final a una ¨¦poca. He dedicado 30 a?os a trabajar. Acu¨¦rdese de que despu¨¦s de la 11 Guerra Mundial ya me hice cargo de la Opera de Berl¨ªn, y que adem¨¢s llevo dirigiendo orquestas desde antes de ser adolescente. Esto. se ha acabado. Ahora voy a tener una orquesta b¨¢sica, la Sinf¨®nica de Baviera, con la que trabajar¨¦ un m¨¢ximo de 27 semanas al a?o hasta el 31 de diciembre del 2002. Despu¨¦s estar¨¦ un par de meses en Salzburgo y har¨¦ alguna gira con la Filarm¨®nica de Viena, con la que llevo trabajando 35 a?os. El resto del tiempo lo dedicar¨¦ a tocar el viol¨ªn, a componer y a gozar de mi tiempo libre. Ya se me ha pasado la edad de ocupar careos administrativos que te llenan de burocracia y en los que al final acabas teniendo que solucionar los problemas del segundo trompa con su mujer".
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