La pen¨²ltima injusticia

Se fragu¨® la pen¨²ltima injusticia contra un torero que, hasta ahora, ha demostrado condiciones y aptitudes para un trato m¨¢s favorable en los despachos taurinos. Vicente Bejarano, que as¨ª se llama, ha permanecido siete a?os en el escalaf¨®n de novilleros ante la imposibilidad de tomar la alternativa en la plaza que le ha visto triunfar y en la Feria de Abril, como se ha ganado en el ruedo.Al final, la empresa, injusta donde las haya, le ha concedido la gracia en agosto -una fecha de la que huyen las figuras- y con una ganader¨ªa dura y dif¨ªcil. La corrida de Astolfi era preciosa de l¨¢mina, bien presentada y astifina, pero mans¨ªsima, dura, dif¨ªcil, violenta y bronca. Un, aut¨¦ntico regalo. Sin duda alguna, Bejarano ha merecido un cartel muy distinto, que otros muchos disfrutan en esta plaza con recomendaciones influyentes.

El toricantano no pudo matar a su primero. que fue apuntillado en el ruedo. Un toro muy descastado y dif¨ªcil, ante el que se mostr¨® valiente y torero, que era lo m¨¢s que se pod¨ªa hacer ante animal tan enemigo de la bravura. Y torer¨ªsimo estuvo ante el sexto, un veleto muy astifino que ensay¨® algunas embestidas. Elegante y fino en ver¨®nicas, y en un quite por apretadas chicuelinas, dibuj¨® dos tandas de ligados derechazos y lo intent¨® sin acierto por naturales. Mat¨® mal y perdi¨® la oreja. Sea como fuere, se consagr¨® la pen¨²ltima injusticia.

A la defensiva

Pepe Luis V¨¢zquez s¨®lo pudo estar a la defensiva con dos toros que no le permitieron la m¨¢s m¨ªnima confianza a quien no le sobra un ¨¢pice de esta cualidad. Nada pudo hacer destacable con la muleta, pero retiene el sabor de quien pudo ser grande y no ha sido, la esencia de un toreo puro, que demostr¨® con el capote. Con exquisita elegancia veronique¨® de salida al primero y dibuj¨® un quite de dos ver¨®nicas y media al mismo toro, quieta la planta, moviendo con suavidad los brazos y embraguet¨¢ndose de, verdad. Tanto se apret¨® que se gan¨® una voltereta sin consecuencias.La misma suerte corri¨® el tercer sevillano del cartel, Fernando Cepeda, con dos toros a¨²n m¨¢s inservibles que los anteriores. El primero, un armario que topaba y al que arranc¨® un par de derechazos tras una larga porf¨ªa; y el segundo, un animal largo y agalgado, de feo estilo, al que tore¨® a la antigua, por bajo, con voluntad y acierto.