"La revoluci¨®n de la salsa cubana no ha hecho m¨¢s que empezar", afirma Giraldo Piloto
Kl¨ªmax, la m¨¢s respetada orquesta habanera, visita Espa?a
No es dif¨ªcil reconocer a Giraldo Piloto en La Habana, me advirtieron. Aparte de ese peinado minirrasta, est¨¢ el detalle de que este m¨²sico, autor y arreglista, es el cubano m¨¢s risue?o de todos. Ni siquiera pierde su sonrisa cuando le encuentro tocando con Kl¨ªmax, su orquesta, en unos jardines habaneros. Sus propios colegas cubanos consideran a Kl¨ªmax "la orquesta salsera de mayor calidad" de su pa¨ªs. Piloto, que huye de las letras f¨¢ciles y chabacanas, piensa que todav¨ªa queda mucho por decir con su m¨²sica: "La revoluci¨®n de la salsa cubana no ha hecho m¨¢s que empezar".
La noche es imposiblemente t¨®rrida, las ropas se funden con los cuerpos de los infatigables bailadores pero Giraldo no se desprende del impecable traje y la corbata, mientras su bater¨ªa bombea la sangre r¨ªtmica para que suba y suba la intensidad de tan impetuosa m¨²sica. Tres imparables cantantes mantienen la comunicaci¨®n con un p¨²blico febril pero las videoc¨¢maras de los inevitables turistas salseros japoneses est¨¢n fijas en ese implacable golpeador. Tiene carisma: ya ha habido alg¨²n empresario que ha querido llevarle del fondo al frente del escenario, invocando el caso de Phil Collins y el grupo G¨¦nesis.El apellido Piloto tiene peso en la m¨²sica cubana: Giraldo piloto senior (1929-1967), compuso, como parte del t¨¢ndem Piloto-Vera, boleros memorables como Fidelidad, Si no hay raz¨®n, Duele, Perd¨®name conciencia o A?orado encuentro. "Mi padre hizo que tuviera acceso a una amplia variedad de m¨²sicas. En mi casa se o¨ªa jazz o bossa nova, te encontrabas con los grandes int¨¦rpretes del feeling o aparec¨ªa Merceditas Vald¨¦s, que era la reina de lo afrocubano".
En 1980, Piloto junior se gradu¨® como percusionista en la Escuela Nacional de Arte y fich¨® como baterista de la orquesta del Cabaret Tropicana, un trabajo prestigioso pero no demasiado satisfactorio para su creatividad. "De repente, descubr¨ª que a Earth Wind and Fire y esas agrupaciones estadounidenses que ven¨ªan del jazz pero hac¨ªan m¨²sica bailable. Vi que hab¨ªa hallazgos que se pod¨ªan integrar en lo nuestro, en el g¨¦nero tropical".
En 1988, entr¨® en NG La Banda, el potent¨ªsimo grupo de Jos¨¦ Luis Cort¨¦s, verdadera semilla de esa desbordante salsa a la cubana que en los noventa ha conquistado las cinturas y las caderas de la juventud isle?a. En 1992, se convirti¨® en director musical de Issac Delgado, al que ayud¨® a transformarse en el m¨¢s popular vocalista de Cuba con temas como El 44 30 25; all¨ª coincidi¨® con el jazzista Gonzalo Ruvalcaba, cuyo piano adorna varios cortes de Con ganas, gran premio EGREM de 1993.
As¨ª que Piloto puede presumir de haber colaborado con el m¨¢s populista (Cort¨¦s) y el m¨¢s elegante (Delgado) de los salseros cubanos. Una m¨²sica alegre que ha adquirido hegemon¨ªa en los escenarios y las ondas de Cuba, entre acibaradas cr¨ªticas de quienes ven el triunfo de la chabacanar¨ªa en esas letras que -?milagro!- reflejan fragmentos de la realidad callejera sin los filtros pol¨ªticamente correctos del castrismo. Piloto, que tambi¨¦n ha compuesto para agrupaciones tan vendedoras como la Charanga Habanera, cree que "hay que huir del mal gusto pero sin dejar de conectar con el lenguaje popular cubano, que tiene una po¨¦tica muy rica".
Al mismo tiempo, Piloto es consciente de que los nuevos salseros tambi¨¦n tienen que orientarse hacia el mercado exterior. Mira si te gusta, el deb¨² de Kl¨ªmax, se hizo entre La Habana y Tenerife, para una discogr¨¢fica canaria. "Para m¨ª, la regla sagrada es que el estribillo debe funcionar, sin necesidad de traducciones, tanto en Cuba como en Venezuela o en Finlandia. En el resto de las letras o en las improvisaciones, puedes ser m¨¢s localista pero el estribillo es la clave. Nuestra m¨²sica seduce a los pies de los bailadores pero tambi¨¦n necesita ser apta para las emisoras radiales".
Piloto ya ha tenido contactos satisfactorios con los p¨²blicos europeos pero est¨¢ preocupado por la pr¨®xima visita de Kl¨ªmax, que se inicia el mi¨¦rcoles 28 con un concierto en el Conde Duque madrile?o: ?se incomodar¨¢ el respetable si se intercala alg¨²n tema de lat¨ªn jazz en su hurac¨¢n bailable?, se pregunta. No lo creo, respondo. Despu¨¦s de todo, Kl¨ªmax debe demostrar las razones de que sus colegas habaneros les consideren ahora mismo como "la orquesta de mayor calidad": arreglos densos y ¨¢giles, cambios que quitan la respiraci¨®n, un apretado sonido que hipnotiza como un r¨ªo de lava.
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