El aplazamiento prolonga la incertidumbre en el PSOE y paraliza su labor de oposici¨®n
El aplazamiento del Supremo de la decisi¨®n sobre la citaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez por el caso GAL no ha sido una sorpresa, pero ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en las filas del PSOE. Los dirigentes socialistas saben que la incertidumbre se prolongar¨¢ varias semanas, con un efecto pr¨¢cticamente inevitable: la paralizaci¨®n del PSOE como partido de la oposici¨®n. La expresi¨®n de ese malestar la ofreci¨® ayer el portavoz del Grupo Socialista, Joaqu¨ªn Almunia, quien manifest¨® con amargura que la situaci¨®n ya dura demasiado tiempo" e incrementa la 'judicializaci¨®n" de la pol¨ªtica espa?ola.
Almunia no se anduvo con contemplaciones, ya que, como presidente del Grupo Parlamentario Socialista, y, por tanto, punta de lanza en la tarea de oposici¨®n del PSOE, uno de los m¨¢s afectados por el aplazamiento.El problema que se le plantea al PSOE es que tiene que dedicar una parte de su esfuerzo como partido de oposici¨®n a resolver cuentas pendientes de su etapa de gobierno. "Esta situaci¨®n no nos inhabilita como partido de oposici¨®n, pero qu¨¦ duda cabe que nos afecta psicol¨®gicamente", se?ala un destacado miembro del Grupo Parlamentario Socialista.
Si el aplazamiento en s¨ª mismo, con la consiguiente incertidumbre, ya es un problema, la cosa se complica a¨²n m¨¢s para los socialistas ante el anuncio de la vista p¨²blica de los recursos planteados al juez Eduardo M¨®ner, lo que acarrear¨¢ un desfile de implicados, abogados y acusadores particulares que reavivar¨¢n ante la opini¨®n p¨²blica el caso GAL.
Almunia se refer¨ªa con amargura a este hecho al se?alar que "volver¨¢n a cobrar protagonismo comentaristas reconvertidos en juristas expertos, y la Audiencia Nacional volver¨¢ a convertirse en el centro del inter¨¦s, lo que, en definitiva, perjudica al conjunto de la vida pol¨ªtica".
Almunia defendi¨® a capa y espada la tesis de que la judicializaci¨®n perjudica a la pol¨ªtica en su conjunto, no s¨®lo al PSOE,directamente afectado por el esc¨¢ndalo GAL.
El Gobierno no quiso pronunciarse. Se limit¨® a se?alar, como acostumbra, que respeta las decisiones judiciales. No obstante, el inter¨¦s del Ejecutivo es que la cuesti¨®n salga cuanto antes de la primera plana de la actualidad. El equipo de Aznar ya ha comprobado que la judicializaci¨®n tambi¨¦n desvirt¨²a sus mensajes, que no llegan a sus destinatarios o quedan difuminados por la vida judicial. En definitiva, todos los pol¨ªticos acaban salpicados en la percepci¨®n de la opini¨®n p¨²blica.
Los socialistas no creen que detr¨¢s de la decisi¨®n del Supremo haya gato encerrado. Piensan m¨¢s bien que el tribunal ha buscado una salida de urgencia para evitar pronunciarse ante una decisi¨®n complicada para la que los magistrados a¨²n estaban verdes, despu¨¦s del par¨¦ntesis veraniego.
La amargura de Joaqu¨ªn Almunia era patente. "Conociendo como funciona la Justicia espa?ola, no me sorprende que haya acordado darse una pr¨®rroga m¨¢s para tomar decisiones".
El presidente del Grupo Socialista no ocult¨® el golpe que supondr¨ªa para su partido que Felipe Gonz¨¢lez tuviera que comparecer ante el Supremo. "Cualquiera que pisa un juzgado es considerado por algunos inquisidores que existen en este pa¨ªs como alguien ya sentenciado penalmente", dijo.
El ex ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, y el secretario de relaciones pol¨ªticas Txiki Benegas reaccionaron de manera mucho m¨¢s comedida. Se acogieron a la f¨®rmula del respeto a las decisiones judiciales.
Prefirieron no comentar la decisi¨®n del Supremo, pero Belloch no pudo reprimir su deseo de lanzar un viaje al hoy magistrado del Tribunal Supremo Jos¨¦ Luis Manzanares, antes vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). "Sin ninguna duda, se tendr¨ªa que haber abstenido, despu¨¦s de la actitud que mantuvo en el CGPJ, con un claro planteamiento pol¨ªtico partidario. Ni siquiera mantuvo posiciones pol¨ªticas conservadoras. Habr¨ªa que decir que era del sector m¨¢s duro y reaccionario del Partido Popular".
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