Terapia
?Qu¨¦ necesidad ten¨ªa el Gobierno de amordazar al CIS, tratando de ocultar la ca¨ªda de su apoyo popular? ?Estamos ante otra muestra de su propensi¨®n censora, o se trata s¨®lo de un error m¨¢s? Se comprende que los sondeos de popularidad les asusten, pero en realidad se equivocan, pues su ca¨ªda es muy inferior a lo que ser¨ªa l¨®gico esperar, dadas las circunstancias. Por el contrario, casi parece un triunfo que, pese a todo (recorte presupuestario, congelaci¨®n de sueldos o le?a de los Lia?o), su apoyo electoral se mantenga.Si pensamos en el sim¨¦trico ejemplo franc¨¦s, veremos que Aznar y Rato est¨¢n saliendo mejor parados que Chirac y Jupp¨¦. La h¨¢bil diplom¨¢tica del t¨¢ndem Arenas-Aparicio ha firmado un pacto con los sindicatos que podr¨¢ evitar un oto?o caliente como el sufrido por Francia el a?o pasado. Y los mercados han comulgado con las ruedas del molino presupuestario, creyendo a pies juntillas en su contabilidad creativa (como har¨¢ tambi¨¦n Bruselas, dado el precedente franc¨¦s). As¨ª que el futuro del Gobierno parece asegurado.
Entonces, ?por qu¨¦ se preocupan? Dado que la le?a de los Lia?o (casos Gal, Perote y Conde) no afecta m¨¢s que tangencialmente al Gobierno (aunque s¨ª a la oposici¨®n y a otras instituciones), el ¨²nico nubarr¨®n que ensombrece su horizonte es ETA. Pues las inexplicables iniciativas del PNV de acercamiento al mundo de HB amenazan con romper la mesa de Ajuria Enea, condicionando los precarios pactos de legislatura que sostienen a la mayor¨ªa gubernamental.
Es cierto que la cuesti¨®n vasca no es flor de un d¨ªa, por lo que no cabe pedirle a este Gobierno que la resuelva de un plumazo. Pero debe recordarse que la ejecutoria del poder socialista, cuando m¨¢s ten¨ªa todo a su favor, qued¨® arruinada para siempre (a pesar de sus iniciales ¨¦xitos electorales) por los culpables errores que cometi¨® al abordar el terrorismo vasco (consintiendo, si no amparando, la continuaci¨®n de la guerra sucia). Dado tan siniestro precedente, es seguro que este Gobierno no seguir¨¢ aquellos pasos. Pero habr¨¢ de hacer algo, pues no puede quedarse cruzado de brazos mientras los fan¨¢ticos violan criminalmente los derechos de nuestros conciudadanos.
La semana pasada ha sido muy reveladora: HB emplaz¨® en p¨²blico al Gobierno, amenazando con actuar contra Ortega Lara y machacar a Iturgaiz si el Estado central no obedec¨ªa la resoluci¨®n adoptada por un Parlamento aut¨®nomo. Y lo m¨¢s absurdo es que esa misma exigencia es tambi¨¦n formulada, aunque con mejores formas, por el Ejecutivo vasco, incapaz de asumir su lugar jurisdiccional al olvidar que el Gobierno central s¨®lo puede obedecer al Parlamento de Madrid, pero no al de Vitoria (como tampoco al de Extremadura). Todo lo cual se sobrea?ade a una escalada de agresiones jaleadas por HB, que amenazan con destruir la convivencia ciudadana.
Mientras tanto, el PNV, que es a la vez cemento articulador del tejido social vasco y partido del Gobierno en Euskadi, en lugar de enfrentarse al c¨¢ncer que destruye a su propia comunidad civil, pierde los papeles y echa balones fuera, sum¨¢ndose a los agresores al culpar a Madrid de imaginarias ilegalidades. ?Por qu¨¦ lo hace? ?Porque sufre del s¨ªndrome de Estocolmo y se siente fascinado ante los ed¨ªpicos intentos de matar al padre que realiza su hijo pr¨®digo etarra? ?O por cinismo pol¨ªtico, sin escr¨²pulos para agitar el espantajo de ETA con tal de coaccionar a Madrid exigiendo amejoramientos forales?
?Qu¨¦ se puede hacer desde el Gobierno? No mucho, pues la soluci¨®n s¨®lo pasa por Euskadi. Pero parece in¨²til y contraproducente denunciar en p¨²blico al PNV, acus¨¢ndole de claudicaci¨®n o cinismo. En su lugar, resulta m¨¢s prometedora la v¨ªa iniciada por Mayor Oreja: exquisita diplomacia, paciente pedagog¨ªa y mucha psicoterapia, esperando lograr que alg¨²n d¨ªa el PNV recobre su sentido com¨²n, se enfrente con realismo al c¨¢ncer que destruye a su pueblo y acepte cooperar con Madrid.
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