La Berlinale lucha por no resbalar en el panorama helado cinematogr¨¢fico y pol¨ªtico

En Berl¨ªn hay m¨¢s miedo en los cineastas por sufrir un resbal¨®n verbal que uno f¨ªsico. Y eso que por fin nieva durante la Berlinale, su festival de cine, algo que no pasaba desde hace muchas ediciones, y las aceras se han convertido en pistas de patinaje por la nieve devenida en hielo a causa de las bajas temperaturas. El final de la 75? edici¨®n del certamen ser¨¢ el d¨ªa previo a las elecciones federales alemanas, en las que, seg¨²n las encuestas, quedar¨¢ en el segundo lugar el partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD); y un mes despu¨¦s de la toma de posesi¨®n de Donald Trump como presidente de EE UU. Tras la convulsa edici¨®n de 2024, la nueva directora de la Berlinale, la brit¨¢nica Tricia Tuttle, espera reconducir el debate a lo f¨ªlmico, pero si la vara de medir es la pel¨ªcula de inauguraci¨®n, Das Licht, de Tom Tykwer, el resbal¨®n ya ha empezado en lo art¨ªstico.

Y mientras, Espa?a tambi¨¦n atraviesa de manera agridulce la Berlinale. Es el festival de clase A que mejor se le ha dado hist¨®ricamente al cine espa?ol: como muestra, el Oso de Oro de Alcarr¨¤s, de Carla Sim¨®n, en 2022 y el premio a la mejor interpretaci¨®n protagonista en 2023 para Sof¨ªa Otero por 20.000 especies de abejas. Junto a la presencia habitual en Competici¨®n, mucho cine de autor se proyectaba a su vez en las secciones paralelas. En este 2025, Sorda, de Eva Libertad, se estrenar¨¢ en la secci¨®n Panorama, y en la Competici¨®n la argentina El mensaje cuenta con coproducci¨®n minoritaria espa?ola. Hay m¨¢s filmes en otras secciones de la Berlinale, pero el ruido medi¨¢tico se lo llevan los estrenos de Competici¨®n, Berlinale Special y Panorama.

En cambio, el European Film Market (EFM), que se desarrolla a unos cien metros del Berlinale Palast en un bello edificio, el Gropius Bau, de patio interior y balconadas repletas de anuncios, se centra este a?o en Espa?a, que es el pa¨ªs focus. Este jueves por la ma?ana, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que ya hab¨ªa participado en la inauguraci¨®n del EFM el mi¨¦rcoles, volvi¨® a pasear por el mercado antes de acudir a la inauguraci¨®n de la Berlinale. El estand espa?ol ocupa un lugar privilegiado a la izquierda del patio en la planta baja. ¡°En este lugar hay representaci¨®n de 90 empresas y hay acreditados 450 profesionales. Estamos construyendo el cine del futuro. El reconocimiento que vive el cine espa?ol, a su potencia, a su creatividad y a su internacionalizaci¨®n, es magn¨ªfico¡±, apuntaba Urtasun a la prensa. Y esta invitaci¨®n a ser pa¨ªs focus, aseguraba, ¡°es un reconocimiento a la creatividad¡±. Sobre la poca presencia espa?ola en las pantallas del certamen, el titular de Cultura apunt¨® a cosechas y que, a pesar de todo, ¡°es un momento para estar orgullosos¡±.

El EFM es el segundo mercado de cine m¨¢s grande del continente, tras Cannes. Tambi¨¦n estrena nueva responsable, Tanja Meissner, que ha incentivado los encuentros cara a cara para estos d¨ªas, lo que beneficia al desembarco espa?ol, huyendo de la sensaci¨®n fantasmag¨®rica de pasadas ediciones pospandemia y con la idea de crear m¨¢s networking en un momento muy delicado para el cine europeo: los productores intentan que las pel¨ªculas europeas crezcan en tama?o para atraer a m¨¢s sectores del p¨²blico sin perder de vista la condici¨®n de cine autor, y muy atentos todos a las posibles arremetidas de Trump a la excepci¨®n cultural. Por n¨²mero de acreditados, los mercados mejor representados son Alemania, Estados Unidos, Francia, Espa?a y Reino Unido.

La Berlinale y la EFM luchan por recuperar un esplendor previo, tras unos a?os en que Venecia se ha llevado los filmes de Hollywood y Cannes se ha convertido en la lanzadera a los Oscar del cine de autor. La zona de inter¨¦s, Anatom¨ªa de una ca¨ªda, Perfect Days, La sustancia, Emilia P¨¦rez, The Apprentice y Anora han funcionado igual de bien en las salas de arte y ensayo como en la temporada de premios. Y todas arrancaron su carrera en Cannes. En este 2025 los incendios en California tambi¨¦n han frenado muchos viajes desde el otro lado del Atl¨¢ntico, y la cercan¨ªa en fechas del a?o nuevo chino y del mercado de cine de Hong Kong tampoco ayudan a un crecimiento en presencia de la industria audiovisual asi¨¢tica.

Tuttle anunci¨® que en las alfombras rojas se permitir¨ªan ¡°s¨ªmbolos nacionales o de expresi¨®n pol¨ªtica o de solidaridad¡±, como el kufiyya, el pa?uelo palestino, porque las leyes alemanas de libertad de expresi¨®n lo permiten. Pero, tambi¨¦n amparados en la legislaci¨®n germana, no se permitir¨¢n expresiones de odio ni discriminaci¨®n. La expresi¨®n ¡°del r¨ªo al mar¡±, usada a menudo en apoyo al pueblo palestino, ya ha sido perseguida por la justicia del l?nd berlin¨¦s porque implica el deseo de la desaparici¨®n de Israel. Y en la gala de inauguraci¨®n no fue invitado ning¨²n cargo del ultarderechista AfD, decisi¨®n que ya tom¨® el anterior equipo directivo y que Tuttle ha confirmado. A cambio, toda la ceremonia se centr¨® en el cine ¡ªde ah¨ª que se aprovechara este evento inicial para entregarle el Oso de Oro de Honor a Tilda Swinton¡ª y dej¨® de lado la pol¨ªtica, una faceta que era marca de la casa en un certamen que lleg¨® a tener en videoconferencia al presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski, en el arranque de 2023. La responsable del certamen ya hab¨ªa advertido por la ma?ana, en la rueda de prensa del jurado, que un festival de cine, con su confrontaci¨®n de ideas y su debate entre filmes es, en s¨ª mismo, ¡°un acto de resistencia¡±.

Resistencia necesaria para no abandonar la proyecci¨®n de los 162 minutos que dura Das Licht (La luz), de Tom Tykwer, el cineasta alem¨¢n que logr¨® la fama mundial con la rompedora Corre, Lola, corre (1998) y La princesa y el guerrero (2000) antes de adentrarse en la deriva de un cine m¨¢s comercial con t¨ªtulos como El perfume, El atlas de las nubes o Esperando al rey.

Con la luz del t¨ªtulo, Tykwer se refiere a la emitida por una l¨¢mpara que ayuda a entrar en trance a quien se ponga ante ella, como la migrante siria que entra como chica para todo en un piso de lujo de una familia berlinesa de ¨¦xito profesional y debacle emocional: un padre urdidor de lemas buenistas para grandes compa?¨ªas; una madre que va y viene de ?frica en un vano intento de mejorar las condiciones sociales en una gran urbe sin querer percatarse de la podredumbre que se expande en su hogar; una hija inmersa en una autodestrucci¨®n a trav¨¦s de las drogas consumidas en afters y un hijo encerrado en su habitaci¨®n absorbido por los videojuegos de realidad virtual. Tykwer no parece saber ad¨®nde quiere llegar ni c¨®mo tender alguna conexi¨®n emocional con la audiencia, por muchos momentos on¨ªricos y musicales que salpiquen la acci¨®n, y por muy bien que caiga la m¨¦dico siria que solo quiere ser criada para rodearse de familias como la que la batalla de Alepo le rob¨®.