Triunfo contundente de Clinton
Dole se impone en el Estado de Tejas y logra evitar una derrota humillante - La solidez de la econom¨ªa ha sido la principal baza del presidente para lograr la reelecci¨®n
Bill Clinton obtuvo ayer una contundente victoria sobre Bob Dole y fue reelegido presidente de EE UU con uno de los m¨¢rgenes m¨¢s amplios alcanzados por cualquier candidato del Partido Dem¨®crata a lo largo de este siglo. Su triunfo estuvo tan claro desde un principio que bast¨® el cierre de los colegios electorales en dos significativos Estados, Florida y Ohio, para que, cuando a¨²n se estaba votando en la mayor parte del pa¨ªs, los principales canales de televisi¨®n dieran por segura la reelecci¨®n del presidente a las tres de la madrugada (hora peninsular espa?ola). Su juventud y buena gesti¨®n econ¨®mica barrieron a la veteran¨ªa y promesas de honestidad del candidato republicano. Las cadenas s¨®lo proyectaron el triunfo de Dole en un gran Estado, Tejas, y le daban por derrotado en muchas regiones que suelen votar por candidatos de su partido.
La diferencia de votos populares entre Clinton y Dole era dif¨ªcil de calcular anoche cuando apenas acababa de iniciarse el recuento oficial de sufragios. Pero el margen de votos electorales -los que deciden el nombre del presidente- anunciaba una victoria de proporciones hist¨®ricas para Clinton. El pron¨®stico le otorgaba en torno a 400 votos electorales, casi cuatro veces m¨¢s que a su oponente. Se necesitan 270 para conseguir el triunfo.La noche se perfilaba positiva tambi¨¦n para los candidatos dem¨®cratas al Congreso. Aunque los datos conocidos correspond¨ªan todav¨ªa a un m¨ªnimo de votos escrutados, las televisiones dieron la victoria al partido de Clinton en varios esca?os del Senado que los republicanos confiaban ganar. Todav¨ªa era incierto en qu¨¦ manos caer¨ªa el control de la C¨¢mara alta, y se desconoc¨ªan los resultados para la C¨¢mara de Representantes.
La victoria de Clinton -primera reelecci¨®n de un dem¨®crata desde 1936- supone la derrota de la generaci¨®n de pol¨ªticos de EE UU que participaron en la II Guerra Mundial y de las ideas contrarias al intervencionismo estatal que trajo la revoluci¨®n conservadora de 1994.
Con la promesa de modernizar el Estado, manteniendo y mejorando al mismo tiempo los servicios p¨²blicos esenciales, Bill Clinton logr¨® ampliar la base electoral de su partido y gan¨® la confianza de la naci¨®n para conducir a la primera potencia mundial hacia el siglo XXI.
Clinton busca rehabilitarse en su segundo mandato
Tanto Bill Clinton como el candidato republicano esperaban anoche los resultados en sus ciudades de origen. El presidente, de 50 a?os, estuvo en Little Rock (Arkansas), de donde sali¨® hace cuatro a?os como un pol¨ªtico desconocido e inmaduro, pero tambi¨¦n como el s¨ªmbolo de una nueva generaci¨®n que acced¨ªa al poder.Bob Dole, de 73 a?os, pas¨® las horas finales de esta campa?a -y quiz¨¢s de su carrera- en Russell (Kansas), donde hace 50 a?os se recuper¨® de las graves heridas sufridas en la II Guerra Mundial y donde obtuvo su primer cargo de elecci¨®n popular. Dole es considerado un h¨¦roe en su Estado, y entre muchos de sus compatriotas, pero su personalidad pol¨ªtica siempre ha sido gris, discretamente desarrollada a la sombra de su gran maestro y mentor, Richard Nixon.
Los responsables de la campa?a de Clinton estaban tan convencidos de su victoria que, antes de hacerse oficial, comenzaron a surgir las especulaciones sobre los relevos que se producir¨¢n en la segunda administraci¨®n.
Leon Panetta, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, ha dejado claro desde hace meses su intenci¨®n de abandonar el cargo tan pronto como sea posible. Y el secretario de Estado, Warren Christopher, ofreci¨® por primera vez su dimisi¨®n hace dos a?os, y casi nadie duda de que ahora le ser¨¢ aceptada. Christopher estuvo anoche con Clinton en Little Rock.
La obsesi¨®n del presidente en las horas previas a su previsible triunfo era la de que ¨¦ste fuese por un porcentaje de votos superior al 50%. Bill Clinton sabe que muchos norteamericanos han votado por ¨¦l con la nariz tapada.
Sabe tambi¨¦n que su victoria se debe en parte a la debilidad de su contrincante. Y es consciente, por ¨²ltimo, de la cadena de investigaciones sobre esc¨¢ndalos no resueltos que le espera, en un segundo mandato, especialmente si los republicanos ganan el Congreso. Para hacer frente a todo ello, el presidente quiere un respaldo de un popular masivo mandato
Cuatro a?os m¨¢s significan para Bill Clinton la oportunidad de convertirse en uno de los presidentes dem¨®cratas m¨¢s importantes de la segunda mitad de este siglo. Pero significan tambi¨¦n la plataforma para que su partido siga en el poder en el siglo XXI. Una segunda administraci¨®n satisfactoria es la mejor garant¨ªa para que el vicepresidente actual, Al Gore, traslade sus carpetas al Despacho Oval en enero del 2001.
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