Dole, un puente hacia el pasado
A lo largo de la campa?a electoral, Bob Dole, nacido hace 73 a?os en Russell (Kansas), en una familia de agricultores, dej¨® en evidencia que era un representante de la ¨¦poca de la II Guerra Mundial que reconoc¨ªa su incapacidad para entender un voto favorable a Bill Clinton que prescindiera de consideraciones ¨¦ticas.
Herido a los 23 a?os en la campa?a de Italia y doblemente condecorado, Dole sufri¨® una penosa recuperacion que dur¨® 39 meses. Gracias a su tenacidad, recuper¨® la mayor parte de sus funciones, aunque su brazo derecho qued¨®. paralizado para siempre.
Despu¨¦s de 35 a?os en el Congreso, se lanz¨® a la batalla presidencial. En 1980 y en 1988, intent¨® sin ¨¦xito conseguir la candidatura de su partido. Fue, adem¨¢s, candidato a la vicepresidencia con Ford en 1976. Derrotas, sinsabores y servicios prestados y no agradecidos -la defensa de Nixon en el Watergate, respaldo de los planes econ¨®micos de Reagan y Bush, en los que no cre¨ªa, y apoyo a la revoluci¨®n conservadora de Gingrich- le llevaron por fin a ser candidato.
Pero todo se le puso en contra: el Congreso de mayor¨ªa republicana y el abrazo a Gingrich le dieron una imagen de intransigencia, cuando toda su vida hab¨ªa sido un maestro del compromiso. Se escor¨® hacia la extrema derecha y le regal¨® el centro a Clinton.
Acab¨® de ponerse la soga al cuello en la Convenci¨®n de San Diego, cuando evoc¨® el pasado con nostalgia: "Dejadme ser un puente hacia un tiempo de tranquilidad, fe y confianza. A los que dicen que eso jam¨¢s existi¨®, que Am¨¦rica nunca ha estado mejor, yo les digo: "Est¨¢is equivocados, y lo s¨¦ porque yo he estado all¨ª". Despu¨¦s de esto, nadie puede culpar a Clinton de convertir la frase "hay que elegir entre un puente hacia el pasado y un puente hacia el siglo XXI" en el lema de su campa?a.
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