?A mendigar a la Pen¨ªnsula!
Hay ciudades cuyos parques y calles en vez de invitar a un paseo ahuyentan al ciudadano. Alfombradas de jeringuillas, papelinas y litronas, no se siente seguro e incluso siente a veces n¨¢useas ante los sucios, despeinados y feos vagabundos.En vez de pensar en soluciones positivas y solidarias, hay quienes mantienen una postura miserable disfrazada de falsas palabras. Lo que est¨¢n haciendo es guardar las apariencias para que la miseria no reine en sus calles, ni los mendigos, ni los borrachos, ni los drogadictos. Limpian la ciudad para que tenga un buen aspecto y les env¨ªan gratis de Canarias a la Pen¨ªnsula. All¨ª nadie les espera, no son bien acogidos y se encuentran m¨¢s solos que antes. Pero el objetivo se ha llevado a cabo: alejar de tan bell¨ªsimas islas la pobreza, las ruinas humanas que entristecen sus parajes y hacen fruncir el ce?o a los turistas y a los comerciantes.
En alguna ciudad se prohibe mendigar, en otras les dan el billete de ida para no verlos m¨¢s.
?Y ustedes, alcaldes, duermen tranquilos?-
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