Unabomber
El proceso de Theodore Kaczynski, presunto autor de la serie de atentados firmados con el nombre de Unabomber, est¨¢ a punto de comenzar. El caso no es el de un terrorista m¨¢s, sino el del primer terrorista cient¨ªfico en el sentido de que la profesi¨®n de Kazcynski era la de un matem¨¢tico con un historial de profesional en prestigiosas universidades americanas, como tambi¨¦n en que su objetivo eran personas del establishment cient¨ªfico y tecnol¨®gico. Aparte de estos datos, Unabomber presenta aspectos que, en su patolog¨ªa, permiten analizar actitudes presentes en nuestra sociedad en su relaci¨®n con la tecnolog¨ªa.La profesi¨®n de Kaczynski puede haber influido incluso en sus acciones como terrorista ya que su primer objetivo no era obtener dinero o liberar a unos prisioneros, sino publicar. Durante meses amenaz¨® con enviar m¨¢s bombas si los peri¨®dicos no publicaban su mayor y ¨²nica obra: su Manifiesto. La lectura de este manifiesto es especialmente reveladora. Kazcynski (si finalmente se prueba que ¨¦l es Unabomber) parte de una afirmaci¨®n muy clara: los males de nuestra sociedad provienen del uso de la tecnolog¨ªa. De hecho, la primera frase de su Manifiesto es de una claridad di¨¢fana: "La revoluci¨®n industrial y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana". Consecuencia directa de ello es que es necesario efectuar una revoluci¨®n "... para derribar no los gobiernos, sino la base econ¨®mica y tecnol¨®gica de la sociedad actual".
Las voces que alertan sobre los efectos de tecnolog¨ªas nuevas son tan viejas como la historia y probablemente anteriores a ella. En nuestros d¨ªas es l¨®gico que estas voces de alerta crezcan en intensidad ya que todos los aspectos de nuestra vida est¨¢n siendo afectados por los avances tecnol¨®gicos. Dos extremos pueden existir ante esta situaci¨®n. Por una parte se da el optimismo a ultranza de quienes piensan que cualquier avance tecnol¨®gico es un progreso para la humanidad. En el otro extremo existe la actitud de aquellos que piensan que la tecnolog¨ªa es un mal en s¨ª mismo. Unabomber se encuentra entre estos ¨²ltimos.
A finales de nuestro siglo la posici¨®n, defendida a menudo por ideolog¨ªas tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, de que toda tecnolog¨ªa es buena en s¨ª misma es poco defendible. Nuestro planeta ha ense?ado ya sus l¨ªmites sobre los que la especie humana est¨¢ ejerciendo una presi¨®n que se est¨¢ convirtiendo en peligrosa para ella misma. Pero, una vez aceptado esto, ?es la tecnolog¨ªa el enemigo de la raza humana? Demasiado a menudo actitudes como ¨¦sta se manifiestan a diferentes escalas aunque se formulen con menos crudeza que como lo hace Unabomber. Si la tecnolog¨ªa es intr¨ªnsecamente perversa, la consecuencia deber¨ªa ser su abandono y su erradicaci¨®n. Sin embargo, la cuesti¨®n se planteaba ya antes de la revoluci¨®n industrial y probablemente muchas veces. Por ello si se quiere ser coherente hay que preguntarse hasta cu¨¢ndo debemos ir atr¨¢s en nuestra renuncia de los frutos de la tecnolog¨ªa. ?No somos en realidad unos productos del neol¨ªtico? No hacen falta encuestas para saber lo que pensar¨ªa una abrumadora mayor¨ªa de ciudadanos sobre propuestas as¨ª.
La conciencia de que existen l¨ªmites a la aplicaci¨®n de los avances tecnol¨®gicos y que estos l¨ªmites no pueden dejarse a las simples leyes del mercado est¨¢ ampliamente aceptada en el mundo en que vivimos y ciertos profesionales de la ciencia pueden estar especialmente concienciados de esta cuesti¨®n. En la base del problema puede estar el uso irracional de los productos de la investigaci¨®n cient¨ªfica. Sin embargo, no puede responderse achacando los males a la tecnolog¨ªa en s¨ª misma, y no a ciertos usos indiscriminados de ella, y al mismo tiempo aprovecharse de sus ventajas. Si alguien piensa que la tecnolog¨ªa es intr¨ªnsecamente perversa es m¨¢s coherente renunciar completamente a ella como propone Unabomber, cuya posici¨®n, por muy patol¨®gica que sea, tiene ciertamente la ventaja de la franqueza.
Pere Puigdom¨¨nech. Es profesor de investigaci¨®n del CSIC en el departamento de Gen¨¦tica Molecular CID-CSIC.
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