Canibalismo prehist¨®rico
El paleont¨®logo estudia acontecimientos que no ha presenciado, por lo que basa sus conclusiones en indicios, como los detectives. En su diversidad, los paleont¨®logos se ocupan de muchos aspectos de la vida en el pasado, generalmente nada relacionados con las pesquisas de los polic¨ªas. Sin embargo, cuando el paleont¨®logo es especialista en f¨®siles humanos y se interesa por los casos de muerte y canibalismo en la prehistoria, se convierte en detective por partida doble.El canibalismo podr¨ªa dividirse, a grandes rasgos, en: a) canibalismo ritual, cuando se trata de una pr¨¢ctica o rito funerario, que consiste en consumir respetuosamente los cuerpos de los miembros fallecidos del grupo (en una especie de comuni¨®n m¨¢s o menos m¨ªstica); b) canibalismo gastron¨®mico, que consiste en matar y comer a los miembros de otros grupos con prop¨®sitos meramente alimenticios; es decir, como si se tratara de presas animales; c) canibalismo de miembros del propio grupo en circunstancias excepcionales de extrema necesidad. En cuanto a los indicios, ¨¦stos pueden encontrarse en los propios f¨®siles o en su contexto (evidencia directa o circunstancial en el lenguaje de las pel¨ªculas policiacas).
En muchas ocasiones, la evidencia que se ha aducido para presentar un caso de canibalismo se basa en la forma en que aparecen rotos los huesos humanos. Pero estas fracturas pueden obedecer a m¨²ltiples causas, de origen humano o naturales. Por ejemplo, los cr¨¢neos de los famosos Homo erectus de Zhoukoudian (cerca de Pek¨ªn, en China) o de Java presentan rota la base del cr¨¢neo lo que se interpret¨® como prueba de la extracci¨®n del cerebro por otros humanos. Sin embargo, hoy est¨¢ claro que la p¨¦rdida de la base del cr¨¢neo se debe a que es una regi¨®n fr¨¢gil, que muy raramente se conserva. Otras causas de rotura de huesos pueden ser las actividades de los animales antes del enterramiento natural de los f¨®siles (pisoteo, dispersi¨®n o consumo), el peso del sedimento sobre los f¨®siles o la ca¨ªda de rocas (en cuevas), el transporte por el agua y otros muchos agentes no biol¨®gicos.
Un tipo de indicio a primera vista concluyente ser¨ªa encontrar sobre restos humanos marcas de corte como las que se encuentran sobre los herb¨ªvoros comidos por los humanos. Para separar la carne de los huesos, los hombres prehist¨®ricos utilizaban el filo de sus utensilios de piedra, que se aplicaban en lugares determinados, especialmente en los tendones, dejando marcas de descamamiento sobre los huesos. Marcas muy similares a ¨¦stas pueden producirse tambi¨¦n naturalmente, por lo que s¨®lo es convincente un conjunto de tales huellas que reflejen un trabajo sistem¨¢tico en las inserciones musculares oportunas. Y ni siquiera en este caso quedar¨ªa probado el canibalismo, porque el descamamiento podr¨ªa tener otro objetivo, por ejemplo, alg¨²n tipo de rito de preparaci¨®n o limpieza de esqueletos.
El autor que m¨¢s rigurosamente ha estudiado c¨®mo quedan los huesos despu¨¦s de un banquete can¨ªbal es Tim White, de la Universidad de California, en Berkeley, que ha investigado esqueletos de grupos de indios americanos precolombinos que hab¨ªan sido consumidos por otros indios, y no precisamente de forma ritual. Pues bien, las caracter¨ªsticas observadas por White se encuentran en los f¨®siles humanos de la Gran Dolina, en la sierra de Atapuerca, en Burgos, con una antig¨¹edad entre 800.000 y un mill¨®n de a?os. En un art¨ªculo publicado este a?o en Science, Fem¨¢ndez-Jalvo, D¨ªez, Berm¨²dez de Castro, Carbonell y Arsuaga mostraron c¨®mo los restos humanos de varios individuos presentaban marcas de corte y patrones de desmembramiento y fracturaci¨®n similares a los de los herb¨ªvoros consumidos all¨ª mismo.
S¨®lo resta pedir al lector que no busque segundas intenciones cuando se afirma que el caso m¨¢s antiguo de canibalismo es espa?ol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.