Juan Diego sube al escenario al capit¨¢n Alatriste de P¨¦rez-Reverte
El autor resume su visi¨®n del Siglo de Oro en teatro breve
Arturo P¨¦rez-Reverte decidi¨® probar la trinchera de autor teatral para presentar su ¨²ltimo libro, El capit¨¢n Alatriste (Alfaguara). Los nervios de la presentaci¨®n ayer, en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, se templaron con el entusiasmo de sus amigos y su editor, Juan Cruz, quien afirm¨® que "por primera vez en la historia" un novelista utiliza el teatro para presentar su libro y la seguridad que da disponer de la experiencia del actor Juan Diego.
Arturo P¨¦rez-Reverte resume en 20 minutos de funci¨®n un libro en el que retrata el Madrid del siglo XVII con la ayuda de su minuciosa hija Carlota, que lupa en ristre estudi¨® el plano de la villa de la ¨¦poca. Juan Diego explica qui¨¦n es Alatriste (la tercera lanza por la izquierda en el cuadro La rendici¨®n de Breda, de Vel¨¢zquez, proyectado al fondo del escenario) y aprovecha para hacer apolog¨ªa de los an¨®nimos titulares reales de las guerras, las gestas y de la historia que P¨¦rez-Reverte ha visto de cerca en los conflictos a los que ha asistido como periodista.Hasta el caballo del general Sp¨ªnola ocupa un lugar m¨¢s preeminente en el cuadro que la soldadesca de los tercios de Flandes, "la mejor infanter¨ªa del mundo", se duele Alatriste. Un Sp¨ªnola que, como todos los generales, "nunca se mancha el jub¨®n y que a¨²n tiene humor y elegancia para decirle al holand¨¦s: 'No, don Justino, faltar¨ªa m¨¢s, no se incline. Estamos entre caballeros".
Le da la r¨¦plica esc¨¦nica un Quevedo (Alfonso Delgado) que no pierde ocasi¨®n de ridiculizar e insultar a G¨®ngora: "Ni siquiera los siglos templan los viejos odios", escribe P¨¦rez-Reverte.
Y ambos personajes reflexionan sobre lo poco que han cambiado las cosas en Espa?a desde aquel Siglo de Oro en el que reluci¨® m¨¢s la literatura que la justicia y la pintura que los doblones en los bolsillos de los necesitados. Una centuria en la que Espa?a se ech¨® a dormir confiada en el oro y la plata que tra¨ªan los galeones de las Am¨¦ricas. Un oro que quienes pelearon por las posesiones europeas de los reyes espa?oles vieron poco. Plata: "?Pardiez!, la justa".
"Aterra comprobar lo espa?oles que somos todos. Lo iguales que podemos llegar a ser a nosotros mismos", recita Alatriste. ?l, que se define como un "superviviente" mezquino pero generoso, cruel pero valiente, lamenta no haber tenido buenos reyes, buenos gobernantes, para haber llegado a ser un buen vasallo.
Tan buenos como los amigos de P¨¦rez-Reverte que acudieron al C¨ªrculo de Bellas Artes a aplaudir al reci¨¦n estrenado autor. Le arroparon Juan Echanove y Mag¨¹i Mira, entre otros. Y se entusiasm¨® especialmente Jos¨¦ Sacrist¨¢n al finalizar la representaci¨®n. "Esto me reafirma en lo dicho: ?Fant¨¢stico!", grit¨® el actor al escritor sobre las cabezas de los lectores en corro.
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