Vargas Llosa clama contra el "provincialismo" de Barcelona
Mario Vargas Llosa acudi¨® ayer al coraz¨®n de Barcelona, al palacio de la Virreina, y toc¨® donde m¨¢s le duele. Acus¨® a la ciudad de ser "m¨¢s provinciana y menos universal", por efecto del nacionalismo, que a principios de los a?os setenta, cuando ¨¦l y su familia se instalaron en el barrio de Sarri¨¢, donde vivieron cinco a?os.La idea, formulada por el escritor hispanoperuano durante una conferencia que cerr¨® el ciclo Dietario de posguerra, Barcelona 1939-1975 -por el que han pasado, entre otros autores, Eduardo Mendoza, Juan Mars¨¦ y Jos¨¦ Luis de Vilallonga-, no es nueva en su ideario, flagelo de nacionalismos dondequiera que se encuentren. Lo nuevo es que la soltara en el cogollo mismo de Barcelona, una ciudad donde transcurrieron "Ios a?os m¨¢s ricos e interesantes de cuantos llevo vividos", seg¨²n sus propias palabras, y a la que se siente unido por "un gran cari?o y mucha nostalgia". "Nacionalismo es cerrarse al otro, no puede haber cultura desde el ensimismamiento", remat¨®. En primera fila escuchaba sin perder palabra el defenestrado del PP catal¨¢n Aleix Vidal-Quadras.
Ante un p¨²blico expectante, que encaj¨® con sobriedad brit¨¢nica, Vargas Llosa confes¨® que en el tiempo vivido en la capital catalana no se relacion¨® con el catalanismo: "La actividad catalanista no la conoc¨ª ni sent¨ª. El encierro de Montserrat [varios intelectuales se encerraron en la abad¨ªa benedictina contra las penas de muerte del consejo de Burgos en diciembre de 1970] no fue un movimiento catalanista, sino antifranquista. La lucha contra la dictadura disolv¨ªa las diferencias entre grupos".
Sorpresa nacionalista
"Para m¨ª", prosigui¨® el escritor, "fue una enorme sorpresa, tras la dictadura, descubrir el nacionalismo catal¨¢n. Que una ciudad tan poco provinciana, tan rica intelectual y art¨ªsticamente, y con tanta vocaci¨®n de modernidad cobijara la aberraci¨®n del nacionalismo en aquellos a?os me parec¨ªa inconcebible".Vargas Llosa relat¨® que su primer encuentro con Barcelona se produjo en 1958, de camino hacia Madrid. Conoc¨ªa la ciudad por el testimonio del Orwell del Homenaje a Catalu?a y qued¨® de inmediato fascinado. M¨¢s tarde recibi¨® en la capital catalana su primer premio literario por un libro de cuentos cuyas cr¨ªticas no ha olvidado. Pero el recuerdo m¨¢s sentido lo tuvo Vargas Llosa para Carlos Barral, quien "sab¨ªa exhibir su gran cultura con enorme gracia". Del editor y escritor evoc¨® la tenacidad: un a?o de dura lucha contra la censura le llev¨® a publicar La ciudad y los perros, luego premiada con el Biblioteca Breve.
Tambi¨¦n evoc¨® al poeta Gabriel Ferrater, el ¨²nico del grupo de Vargas -estaban tambi¨¦n Jaime Gil de Biedina, V¨¢zquez Montalb¨¢n, tantos otros...- que escrib¨ªa en catal¨¢n. ?No le sorprend¨ªa eso a Vargas Llosa?, pregunt¨® alguien del p¨²blico. "El dec¨ªa que escribiendo en catal¨¢n pod¨ªa meter m¨¢s goles", zanj¨®.
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