La ciudad literaria
, Bohumil Hrabal amaba Praga, su "ciudad literaria". "Lo mejor ser¨ªa renunciar a viajar y quedarme en Praga"-sol¨ªa decir cuando sal¨ªa al extranjero. Y en la capital checa, su "centro del mundo" era la taberna El Tigre Dorado, donde ten¨ªa su propio sitio reservado "Me gusta ir a las tabernas, en ellas me siento como en casa. A menudo la taberna es mi soledad demasiado ruidosa; en medio de las conversaciones de la gente puedo estar en silencio, melanc¨®lico, so?ador. Puedo hablar conmigo mismo, puedo retomar el largo mon¨®logo interior que mantengo desde toda la vida". "Para m¨ª, la calle y el ambiente popular de Praga lo son todo, es lo que me inspira. Y si no me llega de manera natural, gratuita, me compro este ambiente tomando unas cuantas cervezas".
En los libros de Hrabal aparecen ambientes duros, pero cargados siempre de poes¨ªa. "Me gusta frecuentar los lugares donde hay mucha gente, donde hay obreros. Para m¨ª, la literatura es como una celebraci¨®n del hombre de la calle". "Tambi¨¦n esta gente tiene su poes¨ªa y su humor", afirmaba. "Yo he vivido 25 a?os en un barrio perif¨¦rico y s¨¦ que la gente de la periferia no tienen una vida sencilla".
Llevaba Praga en el coraz¨®n, pero cuando visitaba otras ciudades encontraba tambi¨¦n su "centro del mundo". En Par¨ªs, por ejemplo, la sustituta de El Tigre Dorado era la brasserie La Coupole. No era la misma cerveza, pero tambi¨¦n era buena. "Me preguntan siempre c¨®mo habiendo sido tan mal estudiante soy escritor. Yo digo que porque es algo que llevaba dentro, estaba marcado con un dedo de Dios en la frente. Es la huella que puedo ver cuando bebo mucha cerveza".
Babelia
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