Moy¨¢ deber¨¢ madrugar
El mallorqu¨ªn abrir¨¢ la eliminatoria ante Goellner en Cala Ratjada
, Carles Moy¨¤, de 20 a?os, deber¨¢ levantarse temprano. Eso no es lo que m¨¢s le gusta. El mallorqu¨ªn siempre ha confesado que juega mejor por la tarde, m¨¢s despejado. Le cuesta dejar las s¨¢banas. "Pero s¨®lo es cuesti¨®n de plante¨¢rmelo", confiesa. "Si me levanto tres horas antes del partido ya estar¨¦ despierto, listo para ganar", dice. Moy¨¤ abrir¨¢ hoy frente a Marc Kevin Goellner el Espa?a-Alemania de Copa Davis en Cala Ratjada. El segundo encuentro lo disputar¨¢n Hendrik Dreekinan y Albert Costa.Algo ha cambiado en Mallorca. La calma y el sosiego siguen imperando en toda la isla. Pero existe un rinc¨®n donde todo eso ha desaparecido. La imagen de 50 personas en la puerta de un hotel esperando la salida de su ¨ªdolo no es lo habitual. Pero eso tambi¨¦n existe en Mallorca. Cala Ratjada lo demuestra. Ah¨ª Carles Moy¨¤, reciente finalista del Open de Australia, ha logrado esta inusual concentraci¨®n cada vez que traspasa la puerta del hotel.
El equipo espa?ol de Copa Davis se encuentra concentrado desde el pasado domingo. Y desde entonces la calma no existe. Se ha ido diluyendo en medio de un gran conglomerado compuesto por intereses deportivos y econ¨®micos. En dos meses este tranquilo para¨ªso ha cambiado su fisonom¨ªa. Donde hab¨ªa un bosque de pinos ha aparecido una pista de tenis con capacidad para 7.200 personas. Donde hab¨ªa una esplanada se ha ubicado un village con m¨¢s de 40 tiendas. Donde hab¨ªa placidez hay ahora un centenar de personas dispuestas a convertir en un ¨¦xito deportivo y comercial esta eliminatoria de Copa Davis.
"Hemos tenido suerte", confiesa Joan Margets, adjunto a la presidencia de la Federaci¨®n Espa?ola de Tenis. "Tras lo que Moy¨¤ logr¨® en Australia, no hab¨ªa mejor escenario". Es cierto. En ning¨²n otro lugar de Espa?a se habr¨ªa producido una movida similar. La inversi¨®n realizada por el consorcio de hoteleros de Cala Ratjada supera los 150 millones de pesetas. Y en ning¨²n otro lugar de Espa?a la RFET se hubiera podido embolsar 50 millones de pesetas.
Sin embargo, todo ese esplendor econ¨®mico, que tendr¨¢ una repercusi¨®n publicitaria en Alemania y en Espa?a que los organizadores valoran en unos 300 millones de pesetas, se desvanecer¨ªa si Espa?a perdiera la eliminatoria. Rebuscando en el fondo de toda la movida se encuentra el motivo fundamental: pasar a los cuartos de final de la Copa Davis.
Por primera vez desde que regres¨® a la capitan¨ªa del equipo espa?ol en 1995, Santana se muestra muy cauto en sus declaraciones. No se lanza a euforias prematuras. No habla ya de ganar la Davis. Y eso contrasta con la calidad de su equipo, el ¨²nico de los 16 que disputan esta eliminatoria que cuenta con dos jugadores entre los 11 primeros del mundo. Pero probablemente uno de los pocos en que tres de sus jugadores -todos excepto Carlos Costa- debutan en el Grupo Mundial.
El mismo equipo espa?ol plantea contrastes. A Moy¨¤ se le ve tenso, a Albert Costa tranquilo, y a ?lex Corretja y Carlos Costa expectantes ante su debut como doble. En conjunto ofrecen una excelente imagen: hay uni¨®n, buen humor, y confianza, al menos aparente, en la victoria. "No", asegura Moy¨¤, "todo este ambiente no nos agobia. S¨®lo cuando salimos del hotel. Pero la mayor parte del tiempo la pasamos dentro. Estamos tranquilos".
Hoy, en la pista, deber¨¢ evidenciar esta calma, esa tranquilidad que le ha hecho famoso en el mundo entero. Y para Moy¨¤, que disputar¨¢ el primer partido desde la final del Open de Australia y lo har¨¢ en una hora temprana para ¨¦l y en su propia casa, eso ser¨¢ menos f¨¢cil que para el leridano Albert Costa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.