C¨®mo salvarlos de la ruina
Salvar los grandes edificios del centro de Madrid implica acometer su transformaci¨®n en nuevos usos que hagan su explotaci¨®n rentable. Pueden ser convertidos en viviendas y apartamentos. Tambi¨¦n, en sedes de grandes compa?¨ªas, en oficinas de alto nivel, centros de congresos o salas de exposiciones.La Comunidad de Madrid, que los tutela, admite casi toda soluci¨®n que resulte viable. "Muchas firmas, sin embargo, persiguen sedes con fachadas antiguas para moldear el interior a su antojo y sin respetar su fisonom¨ªa",, se?ala el arquitecto Javier Guti¨¦rrez Marcos, de la Comunidad de Madrid. Pero recuerda: "Grandes almacenes comerciales de Londres o Par¨ªs, como Harrod's o Galeries Lafayette, respectivamente, se instalan en inmuebles antiguos que han conservado sus dimensiones interiores de forma respetuosa, armoniosa y pr¨¢ctica".
El Casino de Madrid, un espl¨¦ndido edificio, en Alcal¨¢, 15, brinda un ejemplo a seguir. A su soberbia fachada suma sus instalaciones, cuidadas con primor y conservadas con mimo. Fue rehabilitado al principio de nuestra d¨¦cada. Hoy es uno de los escenarios m¨¢s solicitados para realizar congresos o reuniones de grupo por parte de multinacionales asentadas en Madrid, se?ala Concha Hern¨¢ndez, del gabinete de prensa del Casino.
Viviendas fragmentadas
El Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de diciembre de 1996 exige que los edificios singulares madrile?os que vayan a ser fragmentados en unidades para ser destinadas a viviendas, lo sean en lotes de m¨¢s de noventa metros cuadrados de superficie.Sin embargo, en la Empresa Municipal de la Vivienda aseguran que, en el centro de la ciudad, ¨²nicamente encuentran buena venta peque?os apartamentos de 50 a 60 metros cuadrados, de un solo dormitorio, cuyo precio permite endeudarse de forma llevadera al eventual comprador o compradora.
Antes de plantearse la rehabilitaci¨®n, de un edificio de estas caracter¨ªsticas, es preciso realizar estudios de viabilidad muy minuciosos -y caros- porque pueden. arruinar al propietario m¨¢s rico. "Los gastos de mantenimiento pueden dispararse, sobre todo la iluminaci¨®n y pintura, dadas las alturas de sus techos. No digamos ya la calefacci¨®n. Calentar esas masas interiores ?le aire es un desafio de los buenos", destaca un decorador de una firma del ¨¢rea de Serrano.
Por otra parte, la rentabilidad de tales rehabilitaciones presenta nuevos retos. La supuesta comercialidad de los barrios m¨¢s c¨¦ntricos de Madrid parece, en ocasiones, un mito. Los carriles bus, la dificultad de estacionar en el centro y el despoblamiento objetivo han alterado sustancialmente los h¨¢bitos y horarios comerciales con impacto en los balances y en las cajas.
Por todo ello, no se trata tan s¨®lo de un problema de fachadas, sino de incentivar el repoblamiento del centro, con nuevos habitantes que humanicen y vivifiquen el hoy solitario coraz¨®n de la ciudad.
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