Se segu¨ªan cayendo

Los toros de las corridas falleras, turur¨².Los toros de las corridas falleras -y van siete- estaban inv¨¢lidos, a salvo de alguna cornuda excepci¨®n. Los toros de la s¨¦ptima corrida fallera, aquejados adem¨¢s de borreguez, se segu¨ªan cayendo, y teme la raz¨®n que no parar¨¢n los toros de caerse de aqu¨ª a la consumaci¨®n de los siglos.

Los taurinos han montado la fiesta sobre la base de unos toros inv¨¢lidos y aborregados. Cuando se les pregunta por qu¨¦ se caen los toros dicen que es un misterio insondable y que ni la ciencia ni la experiencia han logrado poner remedio a semejante estigma. Pero hay otra realidad: cuanto m¨¢s se caen los toros de una determinada ganader¨ªa, m¨¢s la compran los empresarios y m¨¢s se la disputan los toreros.

Los toros de casi todas las ganader¨ªas anunciadas en esta feria ya ven¨ªan cay¨¦ndose desde a?os atr¨¢s , pese a lo cual vuelven a traer sus productos, se anunciar¨¢n en la feria de Sevilla, ir¨¢n a la de San Isidro, querr¨¢n torearlos tanto las figuras como quienes pretenden serlo, y as¨ª hasta agotar sus camadas, dejar limpios de inv¨¢lidos sus campos y bien surtidas sus cuentas corrientes.

En sentido inverso, los toros que no se caen, ¨¦sos los torear¨¢ Rita. Ah¨ª est¨¢ la ganader¨ªa Cuadri, triunfadora en la pasada feria de San Isidro, cuyos toros desarrollaron casta y poder¨ªo. No bien el ganadero hubo sido colmado de pl¨¢cemes y trofeos por su ¨¦xito, le quitaron de los carteles donde hab¨ªa sido anunciado. Y este a?o, salvo una corrida ya rese?ada para Madrid, el resto de ellas ha tenido que venderlas en Francia.

Las figuras y quienes pretenden serlo...

Uno de los toreros que tras lo de San Isidro exigi¨® le sustituyeran los encastados y enterizos toros de Cuadri fue El Tato. Estaban anunciados en Algeciras, ya ves. Naturalmente a Valencia vino ayer El Tato con todo lo contrario: unos toros de trap¨ªo escaso, fuerza ninguna, alma borrega.

Este tipo de toro -propiamente el antitoro- es id¨®neo para desplegar el toreo moderno, que El Tato practica con verdadera fruici¨®n. De manera que fue El Tato, se marc¨® su larga cambiada, moli¨® a derechazos con alguna breve incursi¨®n al natural los mustios toros, intercal¨® desplantes, cobr¨® estoconazos, se llev¨® sendas orejas, lo sacaron a hombros y a otra cosa.

No es que con estas faenas pusiera la plaza boca abajo. Antes al contario, la plaza se iba sumiendo en el sopor mientras El Tato esos derechazos y esos naturales los daba harto aliviado; es decir, fuera cacho en el cite medio tumbado al correr la mano, all¨¢ que te va el pico en plan cautelar. Claro que tal modalidad torera, paradigma del arte de adefesio, puede perpetrarse sin problemas en Valencia, donde la m¨²sica ataca pasodobles desde los muletazos iniciales y no para, el p¨²blico es consentidor -si no c¨®mplice- y al final pedir¨¢ indefectiblemente la oreja, agitando fren¨¦tico las almohadillas.

Jos¨¦ Tom¨¢s no mejor¨® las calidades art¨ªsticas y tambi¨¦n se puso pesad¨ªsimo. Ocurri¨®, no obstante, que a la salida de un derechazo el toro sobrero -un colorao de los que desarrollan sentido- le peg¨® un inesperado volteret¨®n, en la estocada lo volvi¨® a encunar, y en ambas ocasiones se incorpor¨® sin mirarse siquiera, lo cual es s¨ªntoma de torer¨ªa. Y l¨®gicamente este dato se le apunt¨® a Jos¨¦ Tom¨¢s en positivo.

Toreo bueno lo interpret¨® Canales Rivera, las cosas como son. Canales Rivera, que recibi¨® a sus toros (o lo que fuera aquello) a porta gayola y continu¨® tir¨¢ndoles largas de rodillas, ligaba los pases. Un poco de costadillo y metiendo el pico dichoso pero los ligaba, sin perder pasos y aun gan¨¢ndolos. Un iole! por los toreros que se atreven a disputarle el terreno al toro y a dominarlo mediante el canon de parar, templar y mandar. Mejor lo hizo en el tercero pues el sexto devino reserv¨®n y se defend¨ªa.

Se ha dicho toros y posiblemente habr¨ªa dado lo mismo decir vacas. O quiz¨¢ vacos. El vaco. La tora. El vaco loco. La tora cojitranca. La lidia turur¨². La fiesta del batacazo.