Los ilegales pagan hasta 400.000 pesetas por el traslado
Un recorte de peri¨®dico puede convertirse en T¨¢nger, en Tetu¨¢n o en cualquier otra ciudad marroqu¨ª en la primera fase de un sue?o que puede volverse pesadilla. Los agentes de las redes de tr¨¢fico de inmigrantes convierten las noticias sobre los cupos de permisos de residencia o trabajo, o sobre las inversiones de las comunidades aut¨®nomas en mejoras de las condiciones de vida de los inmigrantes, en el se?uelo con el que obtener hasta 400.000 pesetas de personas -cada vez m¨¢s y m¨¢s j¨®venes- que intentan entrar en la Pen¨ªnsula.Hamid Beyuki, responsable, de la asociaci¨®n ATIME, que trabaja con los inmigrantes, explica que todo suele comenzar en un caf¨¦ -"los negocios clandestinos se hacen en cafeter¨ªas"- o en la misma puerta de un consulado espa?ol, donde la gente presenta sus peticiones de visados. La mayor¨ªa son rechazadas.
Entonces empieza una variada oferta: desde el simple paso a la Pen¨ªnsula hasta el -traslado a Madrid o a cualquier pa¨ªs europeo -Italia, Holanda y Francia est¨¢n entre los preferidos- o la oferta de un permiso de trabajo o de residencia.
Cada opci¨®n tiene su precio y depende de la red mafiosa que la oferte, de las garant¨ªas que pueda ofrecer de ¨¦xito, de su credibilidad... Desde las 50.000 pesetas que puede costar cruzar el Estrecho hasta las 400.000 del lote completo: llegar a la Pen¨ªnsula, trabajo, escondite y promesa de papeles.
El viaje tiene varias modalidades, cuyos precios se fijan seg¨²n sus ventajas y riesgos. Cruzar el Estrecho en patera cuesta unas 100.000 pesetas, aunque el precio var¨ªa dependiendo de las condiciones del mar, del tama?o de la embarcaci¨®n -cuanto m¨¢s peque?a, m¨¢s caro- y del grado de vigilancia fronteriza. El ferry es el medio m¨¢s econ¨®mico. Otra posibilidad es el traslado a la Pen¨ªnsula en un barco pesquero, una opci¨®n bastante reciente que, seg¨²n diversas Organizaciones No Gubernamentales, se ha incrementado por los paros biol¨®gicos a los que se ven forzadas las flotas en la zona. Desde hace algunos meses, estas redes utilizan rutas nuevas, menos vigiladas por el momento, como Portugal.
Una vez en la Pen¨ªnsula, los inmigrantes se encuentran en situaci¨®n irregular. Algunos contin¨²an su viaje contratado ,hasta otros puntos de Espa?a o Europa. Otros esperan el perm¨ªso que compraron, que un abogado gestiona sin ¨¦xito. A los tres meses, reciben la petici¨®n denegada que les obliga a abandonar la Pen¨ªnsula. Casi ninguno lo hace.
Ley de la oferta y la demanda
Como en cualquier negocio, asegura Mohamed Haidour, responsable adjunto de la secretar¨ªa confederal de migraciones de Comisiones Obreras, el de las redes de tr¨¢fico de inmigrantes ilegales "funciona, aunque parezca incre¨ªble, por las leyes de la oferta y la demanda". De ah¨ª la variaci¨®n de precios. Y el regateo. Beyuki lo corrobora y a?ade otro dato. Como en cualquier negocio, la ley que rige, es la palabra. Las redes funcionan a base de prestigio y de la palabra -"su capital"-. Por eso interesa ofrecer un buen servicio.Seg¨²n Beyuki, es imposible precisar el n¨²mero de tramas que operan actualmente, pero todas tienen algo en com¨²n: son peque?as y nacieron de individuos que comenzaron "como aficionados" y han ido organiz¨¢ndose en redes despu¨¦s de conseguir buenas relaciones.
La existencia de estas redes es, para Jos¨¦ Mario Fern¨¢ndez, de la Oficina del Defensor del Pueblo, un "viejo problema". Esta instituci¨®n realiz¨® hace aproximadamente un a?o y medio llamadas de advertencia al Ministerio del Interior. Beyuki lleg¨® a llevar a algunos de los agentes de estas redes a comisar¨ªa. A pesar de las denuncias y de las tramas desarticuladas, otras siguen funcionando. Vendiendo sue?os.
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