Mendiluce defiende en un libro la vigencia de la caridad
Solidaridad y caridad no son conceptos enfrentados para Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce. Para el diputado en el Parlamento Europeo por el PSOE, "la izquierda ha despreciado la caridad, pero es algo que est¨¢ presente". "Caben dos riesgos en la ayuda humanitaria", se?al¨® ayer, "que la solidaridad se convierta en caridad y que nos olvidemos de esta ¨²ltima. La caridad, aunque sea un concepto cristiano, refleja sentimientos nobles mientras la solidaridad es la organizaci¨®n de esos sentimientos para alcanzar la justicia, que es el objetivo".Tras el ¨¦xito de ventas de su libro Amor armado, que ha alcanzado ya la novena edici¨®n, el antiguo dirigente del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se ha decidido a escribir otro texto donde repasa los retos de la cooperaci¨®n humanitaria. Con rabia y esperanzas, tambi¨¦n publicado por Planeta como el anterior, trata "de abordar el fen¨®meno de unas generaciones cada d¨ªa m¨¢s solidarias en un proceso m¨¢s profundo de lo que parece". Mendiluce cuenta que ha recibido unas 700 cartas a ra¨ªz de su primer libro y se alegra del entusiasmo espa?ol por la ayuda humanitaria. "Ahora bien", matiza, "nuestro pa¨ªs est¨¢ en el pelot¨®n de cabeza de la emoci¨®n solidaria, pero sigue en la cola de la participaci¨®n".
No oculta este antiguo militante trotskista, nacido en Madrid en 1951de padres vascos, que "la solidaridad puede convertirse en una moda, aunque sea una bendita moda". Pero este dirigente de organizaciones humanitarias que ha trabajado en Angola, en Centroam¨¦rica, en el Kurdist¨¢n y en la antigua Yugoslavia se muestra partidario de " convertir la cooperaci¨®n en una actitud, en una cultura permanente". Est¨¢ claramente a favor de la profesionalizaci¨®n de las organizaciones no gubernamentales (ongs), un asunto pol¨¦mico. "Con la buena voluntad no basta", declara, "y, aunque suene fuerte decirlo, el mundo est¨¢ lleno de v¨ªctimas en las zonas de conflicto, pero tambi¨¦n de v¨ªctimas sin, experiencia que acuden a las emergencias. La complejidad de las crisis obliga a que los humanitarios tengan una preparaci¨®n para afrontarlas".
Mendiluce rebate las cr¨ªticas por protagonismo que algunos cooperantes le han lanzado en ocasiones: "Me considero un agitador y aprovecho las plataformas que tengo para defender las causas en las que creo". Sobre su porvenir pol¨ªtico mantiene la inc¨®gnita: "No tengo planes de futuro. Si me siento c¨®modo en la pol¨ªtica, seguir¨¦".
Babelia
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