Locura en Man¨ªses

Efectivamente, se sospechaba que los aficionados madridistas proliferaban por Valencia, pero no en tanta cantidad. Cerca de 3.000 personas tomaron en la noche de ayer el aeropuerto de Manises en la llegada del Real Madrid a la ciudad valenciana. Fue una toma del aeropuerto en toda regla, del mismo calibre que la que aconteci¨® al final del pasado ejercicio, cuando el Valencia, a punto de alcanzar al Atl¨¦tico en la lucha por el t¨ªtulo, empat¨® ante el Celta en su visita a Vigo.Hubo una diferencia notable, no obstante. Esta vez no fue el Valencia el objeto de adoraci¨®n de los aficionados desplazados hasta el aeropuerto, sino el equipo madridista. A penas una veintena de valencianistas se inhibieron de posibles c¨¢nticos a favor de su equipo, no fuera que la masa del Real Madrid se lo tomara a mal.

En cualquier caso, hubo un hombre que ha llegado a, vivir ambas experiencias, el ex valencianista y actual delantero madridista, el montenegrino Pedja Mijatovic. Aunque esta vez Pedja no pudo disfrutar del calor de los aficionados. Se supone que el futbolista montenegrino estaba en la expedici¨®n madridista -nadie inform¨® de lo contrario-, pero fue su presencia invisible para los miles de aficionados presenten en el aeropuerto.

Nadie lo vio. Ante el temor de que pudiera sufrir alg¨²n tipo de acogida hostil por parte de los aficionados de su antiguo equipo, el jugador fue desalojado de inc¨®gnito del aeropuerto. Sali¨® por una puerta distinta a la del resto de sus compa?eros, que abandonaron el aeropuerto custodiados por una profusa protecci¨®n policial. Hasta siete furgones de la Polic¨ªa Nacional.

Desde el aeropuerto de Manises, la expedici¨®n del Real Madrid se desplaz¨® en autob¨²s a un hotel ubicado en la playa del Saler, a unos 20 kil¨®metros de Valencia. En este lugar permanecer¨¢ concentrada hasta horas antes del partido.

Al grito de "!Campeones!, ?campeones!..." , la hinchada madridista que hab¨ªa colapsado el aeropuerto valenciano despidi¨® a sus adorados jugadores. Entre ellos, Ra¨²l y Fernando Redondo recabaron la mayor¨ªa de los gritos de histeria de una gran parte de las aficionadas adolescentes.