"Estoy empe?ado en que se conozca m¨²sica de autores vivos"
Puede parecer extraordinario, sin serlo en absoluto, que un m¨²sico madrile?o resulte vencedor en un concurso, el premio Andr¨¦s Segovia, con sede en Almu?ecar. La extra?eza se disipa cuando Enrique Igoa, de 38 a?os, repasa sus otros galardones y el granadino resulta ser el m¨¢s cercano, comparado con los premios recibidos en Suiza o en Estados Unidos. Adem¨¢s de licenciado en Geograf¨ªa e Historia y profesor de piano, un instrumento que por falta de tiempo dej¨® de practicar, Igoa reparte sus tareas entre la composici¨®n y la -docencia en el Conservatorio Arturo Soria de Madrid, donde tan s¨®lo por espacio de 90 minutos semanales ense?a todo lo que sabe de an¨¢lisis musical, es decir, despiezar la m¨²sica como si de un se tratase hasta dar con la l¨®gica que el m¨²sico emple¨® para su construcci¨®n. Obsesionado en la divulgaci¨®n de los autores del siglo XX, Igoa se alz¨® con las 300.000 pesetas de este premio, pensando m¨¢s en la edici¨®n de su trabajo, una composici¨®n para guitarra titulada El regreso a Jan Mayen y dedicada a Falla.Pregunta. ?Por qu¨¦ compone para guitarra si no es el instrumento que domina?
Respuesta. En efecto, es un instrumento muy dif¨ªcil para m¨ª. Precisamente al enterarme del concurso me obligu¨¦ por fin a componer una obra para guitarra sola.
P. ?El mejor premio es el dinero, a juicio suyo?
R. En absoluto. La mayor satisfacci¨®n es saber que en el pr¨®ximo certamen es obligatorio interpretarla, y adem¨¢s se editar¨¢. Yo estoy muy empe?ado en que se conozca y estudie la m¨²sica de autores vivos, porque parece mentira que cuando el XX est¨¢ a punto de ser el siglo pasado todav¨ªa, al hablar de obras modernas, nos seguimos limitando a Alb¨¦niz y a Granados.
P. ?Y de qui¨¦n es entonces la culpa de semejante asunto?R. Pues, a pesar de dedicarme a la docencia, no me queda m¨¢s remedio que admitir las carencias de los conservatorios. Soy el primero en quejarme. Si antes ten¨ªamos tres horas de clase a la semana, ahora tenemos una y media. Por tanto, se ense?a la mitad.
P. ?C¨®mo son sus alumnos? ?Les suspende mucho?
R. Por fortuna, la mayor¨ªa tiene m¨¢s de 18 a?os, y ellos saben que los estudios musicales son una vocaci¨®n que exige mucha disciplina y, sobre todo, trabajar en casa. Todo m¨²sico es un autodidacto. No, no les suspendo. Ellos mismos se aprobar¨¢n cuando lleguen a ser profesionales.
P.?Dispone de un lugar tranquilo para trabajar?
R. Mi clase no es precisamente silenciosa, pero el resto del edificio s¨ª. Por cierto, ha sido restaurado hace s¨®lo cuatro a?os y ya est¨¢ completamente lleno de humedades. A m¨ª, lo que me gustar¨ªa es marcharme a una monta?a para poder componer. Pero aunque detesto el ruido que tiene esta ciudad, reconozco su importancia como centro de muchas cosas.
P. Menos de la vocaci¨®n musical.
R. Efectivamente. Ya se sabe: los coros, en el Pa¨ªs Vasco, y las bandas, en Levante, que surte de metales a todas las orquestas del pa¨ªs.
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