El rompecabezas de la Alianza

La posici¨®n geogr¨¢fica de Espa?a en el l¨ªmite entre los dos mandos estrat¨¦gicos de la Alianza Atl¨¢ntica- SACEUR, con sede en Mons (B¨¦lgica), y SACLAN, con sede en NorthfoIk (Virginia)- es lo que hace peculiar la plena integraci¨®n de Espa?a en la nueva estructura militar de la OTAN. Lo que estar¨ªa en disputa en el momento de materializarse esa integraci¨®n es a cu¨¢l de los dos mandos le corresponde el control del corredor o eje mar¨ªtimo CanariasEstrecho de Gibraltar-Pen¨ªnsula Ib¨¦rica.Espa?a desea que el corredor no est¨¦ dividido entre SACEUR y SACLAN por coherencia con los principios mismos de la Alianza, que establecen que un territorio nacional no debe estar sometido a ning¨²n reparto de mandos. Ese objetivo choca con la situaci¨®n actual en la que el corredor mar¨ªtimo entre Canarias y la Pen¨ªnsula depende del submando aliado situado en Oeiras (Portugal), a su vez dependiente de SACLAN en Virginia.

Aznar, seg¨²n el portavoz oficial de Moncloa, le explic¨® ayer a Clinton que "Espa?a no puede estar peor que antes en la nueva estructura". Espa?a, dijo el portavoz, es "un aliado serio y eficaz que espera ser correspondido".

Espa?a desea que en el momento de su plena integraci¨®n no se produzca la circunstancia de que el mando de su territorio peninsular corresponda a SACEUR y el del corredor hacia Canarias a SACLAN. Pretende, seg¨²n afirmaron ayer las fuentes gubernamentales, que se aclare esa posible futura contradicci¨®n. Para ello busca el apoyo de Washington, pero se enfrenta con la reticencia de un Portugal que no quiere ver reducido el papel de Oeiras. El problema del submando de Gibraltar (GIBMED) parece menor dado que puede desaparecer en la nueva estructura de mandos, aunque Londres intente arrancar a cambio todo tipo de concesiones sobre el futuro de esa colonia.

Comit¨¦s militares

Fuentes diplom¨¢ticas espa?olas recordaron ayer que el asunto est¨¢ actualmente en manos de los comit¨¦s militares. En Estados Unidos, cuyo peso en la Alianza es decisiva, son los profesionales de las Fuerzas Armadas los que tienen la principal voz en esta materia. Por el contrario, en Europa tienden a ser los pol¨ªticos los que llevan estos asuntos.

Para conseguir el apoyo norteamericano a su visi¨®n, Aznar, en esta visita a Washington, quiere dejar que sus anfitriones reconozcan y valoren el papel de aliado fiel de Espa?a y su disposici¨®n a colaborar en las tareas de pacificaci¨®n de la Alianza cuando se haga el nuevo reparto de poder en la estructura militar de la OTAN.

Aunque Espa?a mantiene formalmente su apoyo a la identidad europea en materia de Defensa, no parece muy entusiasta en su compromiso p¨²blico con el deseo franc¨¦s de que un europeo se haga cargo inmediatamente del mando sur, con sede en N¨¢poles, de la Alianza.