El Ej¨¦rcito de Mobutu sufre una fuerte derrota al intentar frenar el avance de los rebeldes
"Las calles de Kenge est¨¢n repletas de cad¨¢veres", aseguraron ayer fuentes diplom¨¢ticas en Kinshasa. La informaci¨®n procede de los misioneros en la zona. Aunque los religiosos no dan cifras, M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) dijo ayer que el balance es dram¨¢tico: 300 muertos, 200 de ellos civiles. Esta es la primera batalla de envergadura en casi ocho meses de guerra. La contraofensiva gubernamental sobre el r¨ªo Wamba (a 30 kil¨®metros al oeste de Kenge) ha terminado en un rotundo fracaso y demuestra, adem¨¢s, que los rebeldes est¨¢n a 200 kil¨®metros de Kinshasa, y no a 80 como asegura Laurent Kabila.
En estas batallas en la carretera de Kenge se juega el futuro de Kinsahsa. El objetivo de la contraofensiva de las Fuerzas Armadas de Zaire (FAZ) no era otro que retrasar o evitar la ca¨ªda de la capital. Un misionero italiano sostiene que entre las FAZ hay elementos armados que s¨®lo hablan portugu¨¦s e ingl¨¦s. Un observador surafricano (esp¨ªa o militar), alojado en uno de los hoteles de lujo de Kinshasa, dice que entre los mercenarios contratados por Mobutu hay soldados de la ex guerrilla angole?a de Unita de Jonas Savimbi.Las siete monjas clarisas espa?olas que viven en el ¨¢rea de Kenge no han sufrido da?o alguno, seg¨²n revel¨® la embajada de. Espa?a en Zaire. Estas misioneras han hecho un llamamiento por radio en el que reclaman medicinas para atender a los numerosos heridos. Hay muchos civiles que optaron por huir de Kenge y refugiarse al sur. Esta situaci¨®n de emergencia m¨¦dica ha sido confirmada tambi¨¦n por MSF que dispone de personal en el terreno. "El siguiente punto de confrontaci¨®n va a ser Kwango [a unos 150 kil¨®metros de la capital]", dice el diplom¨¢tico. All¨ª se est¨¢n concentrado nuevas tropas. Los rebeldes avanzan con tiento para evitar problemas. En la carretera que discurre del centro. de Kinshasa al aeropuerto internacional de N'Djili,han pasado en los ¨²ltimos d¨ªas unidades de la Divisi¨®n Especial Presidencial con lanzaderas de misiles Grad rusos, los famosos organos de Stalin. Las cuatro compa?¨ªas a¨¦reas europeas ya han dejado de volar a Kinshasa por razones de seguridad. Ahora aterrizan en Brazzaville (Congo).En esa zona de N'Djili, donde se halla el cuartel de Ceca, uno de los que se deber¨¢ encargar de la defensa del aeropuerto, ayer se escucharon numerosos disparos. Aunque s¨®lo fuesen disparos de soldados de las FAZ borrachos, la gente que vive cerca de Ceca se enclaustr¨® asustada en sus casas."Muchos ya tenemos preparadas las banderas blancas que nos pidi¨® Monsieur Kabila", afirma un joven zaire?o. El partido pol¨ªtico de Etienne Tshisekedi, el opositor civil por excelencia a Mobutu, se ha esforzado en tejer cientos de trapos de calurosa bienvenida. Esta ciudad arde en deseos de un cambio pol¨ªtico.
En medio de este ambiente de miedo y gran excitaci¨®n, el presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko, abandon¨® ayer la capital para asistir hoy en Libreville (Gab¨®n) a una cumbre regional sobre la llamada crisis de los Grandes Lagos en la que participar¨¢n los l¨ªderes de Gab¨®n, Togo, Rep¨²blica Centrafricana y Congo, el sector franc¨®fono m¨¢s duro. A estos se ha sumado Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial.
"Que se quede en Gab¨®n"
El vasto entorno de Mobutu insiste en que este viaje (regresar¨¢ ma?ana a Kinshasa) no debe considerarse la primera escala de un exilio. Sin embargo, fuentes estadounidenses no descartan que el propio Mobutu aproveche su ausencia para ir despu¨¦s a Europa y proseguir su tratamiento m¨¦dico. En la calle, no hay tantas dudas: "Que se quede en Gab¨®n para siempre", dice Noel con desprecio. Son muchos los que piensan igual.
En el plano diplom¨¢tico prosiguen todas las gestiones. El enviado del presidente Clinton, Bill Richardson, viaj¨® ayer a Francia (el ¨²ltimo gran apoyo exterior al dictador). El vicepresidente de Sur¨¢frica, Thabo Mbeki, habl¨® por tel¨¦fono con Laurent Kabila, quien le asegur¨® que sus tropas hab¨ªan recibido la orden de no avanzar, tal y como pact¨® a bordo del Outeniqua. La realidad militar le desmiente. Lo que s¨ª parece claro es que EE UU y Sur¨¢frica se han repartido bien los papeles. El primero trabaja el entorno diplom¨¢tico mobutista (con Par¨ªs a la cabeza) y el segundo presiona a Kabila. El ¨¦xito o el fracaso de ambos se podr¨¢ comprobar en breve: si se produce o no la temida batalla de Kinshasa.
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