Peter Bagge: "Para la industria del c¨®mic soy un don nadie"
El autor de 'Odio', estrella del Sal¨®n de Barcelona que ayer abri¨® sus puertas
La gira europea de un dibujante de c¨®mics norteamericano no tiene el glamour de la de un m¨²sico de rock, pero Peter Bagge no se queja y reconoce que para la industria del c¨®mic, plagada de superh¨¦roes, ¨¦l es "un don nadie". Acaba de pasar por Londres para promocionar su excelente serie Odio (una hilarante, y a veces pat¨¦tica, reflexi¨®n sobre la juventud contempor¨¢nea) y ahora es la m¨¢s interesante estrella invitada de la decimoquinta edici¨®n del Sal¨®n del C¨®mic, que ayer abri¨® sus puertas en Barcelona y que el pasado a?o le concedi¨® el premio a la mejor historieta extranjera.
Peter Bagge naci¨® en un pueblo de Nueva York hace 40 a?os, pero lleva los ¨²ltimos 17 en Seattle, que es donde est¨¢ la sede de Fantagraphics, ben¨¦fica editorial del sector alternativo que financia su tebeo Odio (en Espa?a lo edita La C¨²pula, casa madre de la revista El V¨ªbora). Se ha dicho que Odio es un fiel retrato de la llamada Generaci¨®n X, y sorprende que su autor sea un hombre que, por su edad, no puede pertenecer a ella. El autor se explica: "Llevo 10 a?os con las aventuras de Buddy Bradley, y hace ya m¨¢s de 15 que existe el personaje. Al principio me dedicaba por igual a todos los elementos de la familia Bradley, inspir¨¢ndome mucho en la m¨ªa. Con el tiempo vi que Buddy, el desorientado hijo mayor, era el personaje que m¨¢s me interesaba estudiar. En el fondo, quer¨ªa hablar de m¨ª mismo, pero no ten¨ªa ganas de hacer historias ambientadas en la ¨¦poca en que yo ten¨ªa la edad de Buddy. As¨ª pues, lo lanc¨¦ en medio de la Generaci¨®n X. Fue as¨ª como le hice abandonar su pueblecito de Nueva Jersey y lo mand¨¦ a Seattle, ciudad que, como usted sabr¨¢, fue durante un tiempo la meca de la modernidad. Una modernidad de la que el pobre Buddy no sac¨® gran cosa, el muy in¨²til".Real como la vida
Si Odio funciona es porque todos sus personajes son reales como la vida misma. En estos ¨²ltimos a?os hemos visto a Buddy volviendo a Nueva Jersey con el rabo entre las piernas, a su padre morir atropellado por un cami¨®n, a su hermana Babs divorciarse de un tarado adicto al heavy metal y a su hermano Butch ser expulsado del ej¨¦rcito por alcoh¨®lico. Parece que lo que empez¨® como una broma se est¨¢ convirtiendo en una tragedia. "Es cierto", reconoce el se?or Bagge, "esta serie empez¨® como una comedia y cada vez es todo m¨¢s pat¨¦tico. Tal vez porque todos los personajes se est¨¢n haciendo mayores. Mi intenci¨®n es terminar con Odio en el n¨²mero 30 de la serie, dentro de unos tres meses, y hacerlo con un final feliz. Hasta ahora el pobre Buddy s¨®lo ha tenido amigos lamentables como el infeliz de Stinky, un perdedor total, o sus novias Valerie y Lisa, que est¨¢n como una regadera, as¨ª que quiero regalarle al pobre en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista una chica preciosa con grandes tetas que le haga muy feliz. Despu¨¦s de todo lo que le he hecho pasar, el chaval se lo merece, ?no cree?".
La edici¨®n americana de Odio vende 30.000 ejemplares y su autor es un hombre respetado pero con pocas posibilidades de convertirse en millonario. "Los dibujantes alternativos como yo", cuenta Bagge, "tenemos serios problemas para llegar a final de mes. Somos la resistencia ante los superh¨¦roes y dem¨¢s chorradas, pero vendemos muy poco. Para la industria del c¨®mic yo soy un don nadie. Si veo unos d¨®lares ser¨¢ gracias a la televisi¨®n: hay una productora interesada en hacer una serie de dibujos animados con Buddy Bradley. Si el episodio piloto tiene audiencia, la serie tirar¨¢ adelante. Si nos estrellamos, volver¨¦ a Seattle con mis dibujitos. Y tampoco me quejo. Tengo muchas ideas para cuando acabe Odio".
Babelia
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