EL CUADERNO DE ANDAR POR CASA: JORGE VALDANO
Cuidado con el tren. Cuando s¨®lo faltan cinco jornadas para el final del Campeonato de Liga de Segunda Divisi¨®n; el Osasuna, candidato al descenso, ces¨® a Miguel Sol¨¢ para sustituirlo por Enrique Mart¨ªn, su cuarto entrenador de la temporada en el desesperado intento de escaparle al destino. Entre Primera y Segunda Divisi¨®n ya son 33 los entrenadores fulminados. Mientras es . cribo estos datos un sudor fr¨ªo me corre por la espalda: ?qui¨¦n ser¨¢ el n¨²mero 34? Bertrand Rusell escribi¨® que: "El f¨²tbol no ser¨ªa un deporte grato si se conde nara a muerte o se dejara morir de hambre a los equipos derrotados". En Espa?a a¨²n no hemos llegado a tanto, pero me permito recordar que los entrenadores solemos tener la cabeza sobre las v¨ªas del tren y siempre est¨¢ viniendo el tren. De partido a partido; de sobresalto en sobresalto. ?De susto en susto? No, mejor de emoci¨®n en emoci¨®n, pero, dentro de las condiciones actuales de trabajo, hay algo de inevitable masoquismo en el placer de un entrenador. Los malos resultados suelen agrietar la convicci¨®n (la duda es la peor enfermedad en los juegos competitivos) y la convivencia (perder es sin¨®nimo de conflicto). Una semana perdedora te condena a dispersar energ¨ªas, un desgaste en donde la tarea esencial (entrenar para mejorar) deja de ser importante. Hay que preocuparse por aliviar tensiones con la ansiedad de quien trata de desactivar una bomba de tiempo. Dentro de la din¨¢mica actual nadie puede darse el lujo de estar por encima del resultado, sin embargo, existen plazos relacionados con el. sentido com¨²n. Si no se respetan, cualquier club del mundo, incluso el mejor, se convierte en una m¨¢quina infernal que devuelve el tren una y mil veces a la estaci¨®n de salida. Un conductor siempre distinto con el mismo destino: ninguna parte.S¨®lo los salvar¨¢ el respeto. Futbolistas y periodistas forman un matrimonio de conveniencia que siempre termina igual: tir¨¢ndose los platos a la cabeza. Es que la empresa period¨ªstica necesita exagerar el instante para arrastrar el inter¨¦s del consumidor y para eso suele seguir la flecha del resultado: el que gana triunfa, el que pierde fracasa y el que empata hace dudar. Todos sabemos que las opiniones act¨²an sobre el prestigio de la gente. La materia que esculpen es la realidad y ¨¦sta es adaptable ideol¨®gicamente, interesadamente, caprichosamente. Por otra parte, son pocos los periodistas que renuncian a la primicia por lealtad; tampoco es desinteresado el trato que propone el futbolista, cada d¨ªa m¨¢s consciente de que no aparecer en los medios equivale a no existir. Quiz¨¢ por eso la relaci¨®n ha estado marcada por la altaner¨ªa y la desconfianza. Un d¨ªa, en Tenerife, escuch¨¦ a un periodista radial elogiar a un jugador y, para cargar sus palabras de autoridad moral, muscul¨® el discurso con la siguiente reflexi¨®n: "Y lo digo yo, que me cans¨¦ de matarlo en estos mismos micr¨®fonos". Desde el lado opuesto, quienes son protagonistas del juego, act¨²an con parecida ingenuidad; consideran como aliados a quienes le masajean el ego y le retiran hasta el saludo a aquellos periodistas que son agrios en sus opiniones. ?O amigos o profesionales? A lo mejor alcanza con el respeto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.