Jupp¨¦: "Me he convertido en un chivo expiatorio"
"Me he convertido en una especie de chivo expiatorio". La frase con la que el todav¨ªa primer ministro franc¨¦s, Alain Jupp¨¦, resumi¨® ayer los motivos de su dimisi¨®n cuenta, por una vez, con el asentimiento general de los franceses. Incluso el de aquellos que han visto en ¨¦l a lo largo de estos dos anos la encarnaci¨®n m¨¢s odiosa del despotismo ilustrado de la ENA, la Escuela Nacional de Administraci¨®n.Cierto que Jupp¨¦ ha sumado a la consideraci¨®n de gran llenarca" del Estado franc¨¦s un marcado estilo personal caracterizado por la contundencia y frialdad de sus consideraciones, pero resulta evidente que su inmolaci¨®n responde al pro p¨®sito de descargar responsa bilidades m¨¢s amplias. El cirujano llamado a encauzar la eco nom¨ªa francesa ante la cita de Maastricht ha sido bruscamente descabalgado al contacto con las urnas, y est¨¢ por ver si el responsable primero de la . precipitada convocatoria electoral, el presidente Jacques Chirac, no terminar¨¢ tambi¨¦n pagando los platos rotos.
Fidelidad al presidente
El primer ministro est¨¢ demostrando, de momento, una disposici¨®n al sacrificio equiparable a su gran fidelidad al presidente. Ayer, mientras la mayor¨ªa gubernamental continuaba emitiendo testimonialmente sus elogiosos comentarios sobre la "valent¨ªa" personal del primer ministro, Jupp¨¦ elogi¨® entusi¨¢sticamente a Chirac y carg¨® disciplinadamente con la totalidad de los errores gubernamentales. "El jefe del Estado fue sin duda quien mejor interpret¨® el sentido y las aspiraciones del pa¨ªs, tal y como vimos en la campana de 1995", indic¨® el primer ministro franc¨¦s, antes de a?adir, en una pose novedosa de humildad, que "es posible que en estos dos a?os ¨¦l haya sufrido los errores o los efectos de los errores que yo haya podido cometer". Jupp¨¦ cumpli¨® igualmente con el papel de entusiasta defensor de Chirac, obligado a saltar urgentemente a la arena pol¨ªtica, sin abandonar su papel de acerado cr¨ªtico de la alternativa de izquierda. "Ahora", afirm¨® solemnemente, "es preciso darle al jefe del Estado los medios para abrir una nueva etapa con hombres nuevos, un nuevo equipo, un nuevo primer ministro". Jupp¨¦ contrapuso el pretendido relanzamiento de la derecha con la imagen de una izquierda en la que "s¨®lo hay viejas recetas, viejos equipos, el regreso de la generaci¨®n Mitterrand". Comprometido en el empe?o de la derecha de invertir la situaci¨®n en lo que queda de campa?a, Jupp¨¦ admiti¨® que la primera vuelta electoral ha reflejado el descontento y la insatisfacci¨®n de la sociedad francesa, pero no sin subrayar que el triunfo de los socialistas significar¨ªa para Francia entrar "marcha atr¨¢s" en el pr¨®ximo siglo.
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